La Virgen María, "la que dijo 'sí' a Dios", es también la que "nos anima a decir también nosotros nuestro 'sí' a Él, cada vez que nos encontramos ante una obediencia que cumplir o una prueba que superar", explicó el Papa Francisco en la Audiencia General del 13 de noviembre de 2024, celebrada en la Plaza de san Pedro.
"La Virgen no señala el camino hacia sí misma, señala el camino hacia Jesús", insistió el Papa Francisco, volviendo a la importante presencia de María en la primera comunidad cristiana. María fue la 'primera discípula' de Cristo, por lo que sigue siendo una figura clave de referencia incluso hoy en día, añadió.
"En cada período de su historia, pero particularmente en este momento, la Iglesia se encuentra en la situación en la que se encontraba la comunidad cristiana al día siguiente de la Ascensión de Jesús al cielo", explicó Francisco. Los Hechos de los Apóstoles cuentan que los discípulos estaban reunidos en torno a "María, la madre de Jesús" (Hch 1,14).
"Es verdad que había otras mujeres con ella en el cenáculo, pero su presencia es distinta y única entre todas. Entre ella y el Espíritu Santo existe un vínculo único y eternamente indestructible que es la persona misma de Cristo, 'concebido por el Espíritu Santo y nacido de la Virgen María'", explicó el pontífice, citando el Credo.
Su relación con la trinidad
El Papa recordó también que Francisco de Asís, en una de sus oraciones, aclamó a la Virgen como "hija y esclava del Altísimo Rey, del Padre celestial, madre del Santísimo Señor Jesucristo, esposa del Espíritu Santo". Este tríptico, "Hija del Padre, Madre del Hijo, Esposa del Espíritu Santo", muestra de forma clara y precisa "la relación única de María con la Trinidad", subrayó el Obispo de Roma.
"Como todas las imágenes, la de 'Esposa del Espíritu Santo' no debe absolutizarse, sino tomarse como parte de la verdad que contiene, y es una verdad muy hermosa. Ella es la esposa, pero sobre todo es la discípula del Espíritu Santo. Aprendamos de ella a ser dóciles a las inspiraciones del Espíritu", pidió el Papa Francisco.
Como cada miércoles, el pontífice argentino concluyó la audiencia con un breve llamamiento a rezar por los países en guerra, mencionando a "la martirizada Ucrania", Palestina, Israel y Birmania