En los últimos años, la indiferencia ha tomado gran relevancia. Hemos aprendido a normalizar las desgracias y afectaciones que pueda tener el otro debido a la constante exposición que tenemos ante las malas noticias. Cada vez hay más desastres naturales, guerras que no acaban, crímenes y demás situaciones que atentan contra la dignidad y la vida de las personas. Todo esto provoca que nos olvidemos de cultivar la empatía con el prójimo.
La indiferencia es una actitud o estado emocional caracterizado por la falta de interés, preocupación o emoción hacia algo o alguien. A menudo se asocia con una ausencia de respuesta ante situaciones o eventos que podrían provocar alguna reacción. Puede manifestarse en distintas formas, como el desinterés, la apatía o incluso el rechazo pasivo.
La vida cotidiana está llena de momentos en los que podemos ejercer la empatía y dejar la indiferencia y egoísmo a un lado, pensando en un bien común y no solo en el propio bienestar.
La empatía es nuestro mejor aliado
La psiquiatra Marian Rojas, explica que la empatía es "ver y reconocer la emoción del otro y ponerme en su lugar, intentando quitarme mis propios zapatos, mi sistema de creencias para entender qué pasa".
Para ello es necesario empezar desde las pequeñas acciones en el hogar, hasta las grandes acciones en el exterior. Te presentamos algunas maneras en las que podemos ver con empatía las situaciones y, en especial, a los demás.
1Escucha atentamente
Todos necesitamos ser escuchados, y más cuando la estamos pasando mal; por lo que puedes darte un tiempo para preguntarle a la persona, honestamente, cómo se siente y escucharla atentamente. No siempre tienes que dar el mejor consejo del mundo, a veces lo único que necesita el otro es que le escuchen.
2Ponerse en el lugar del otro
Aunque anteriormente mencionamos a fondo este punto, es importante que no olvides practicarlo. Trata de imaginar cómo se sentirían los demás en diferentes situaciones. La empatía es una poderosa herramienta para combatir la indiferencia, ya que nos ayuda a involucrarnos emocionalmente con los sentimientos y experiencias de los demás.
3Busca la forma de ayudar
Si ves a un adulto mayor que necesita un lugar, cede el tuyo; también puedes ayudar a algún compañero a estudiar las materias que se le dificultan; o puedes donar víveres a quienes vivieron un desastre natural. Hay muchas maneras de ser empáticos y ayudar al prójimo.
4No juzgar erróneamente
Cada persona lleva sus batallas, por ende un proceso. En ese caso, opta por ver la manera en la que puedes ayudar y muestra amabilidad e interés.
Más allá de practicar la empatía, estarás practicando obras de misericordia, mismas que te hacen seguir e imitar el ejemplo de Jesús y a la vez ayudas al otro.