Como Aleteia informó a principios de este año, la mayor parte de los restos de santa Teresa de Ávila han sido exhumados para su análisis y estudio. El cuerpo de la santa permanece en el estado en que se encontraba la última vez que fue exhumado, a principios del siglo XX.
Los primeros resultados de estos análisis se han dado a conocer en una entrevista a dos radiógrafos, José Antonio Ruiz de Alegría y Fernando de Pablo Arranz, en El Debate.
La última vez que se exhumaron los restos, en 1914, la muerte del Papa Pío X impidió realizar un estudio en profundidad. Ahora, 110 años después, la tecnología nos hace capaces de descubrir mucho de lo que se había perdido para la historia.
Los examinadores describen su cuerpo como "momificado" más que "literalmente incorrupto".
Algo increíble
Entre los hallazgos más notables de los examinadores está la grave curvatura de la columna vertebral de Teresa.
"Tenía que caminar con la cabeza completamente hacia delante. ¿Pueden imaginarse el dolor que debió tener esta mujer? Verdaderamente, es asombroso. En el trabajo de diagnosticar, he visto muchas escoliosis y otras cosas por el estilo, pero lo que vi en ella fue algo increíble", señaló de Pablo.
Ruiz coincidió y añadió que "si esta mujer ya tenía dolores horribles, cuando fundó un montón de conventos viajando en burro, el dolor debía ser insufrible. El dolor que debía tener esta mujer en la columna, en el cuerpo".
De Pablo explicó que la grave curvatura de su cuerpo hacía que sus pulmones no funcionaran bien. "Parece que respiraba diafragmáticamente".
Los científicos prevén que los resultados de los estudios completos se publiquen dentro de un año aproximadamente.
Reliquias por el mundo
Aunque los estudios se refieren a la parte principal de las reliquias de Teresa, que se conservan en el convento donde murió en Alba de Tormes, muchos otros lugares tienen partes de los restos.
Según explica la agencia española Cope, en Roma, en el convento de Santa María della Scala, se conservan su pie derecho y su mandíbula, y en San Pancracio, parte de su cráneo y algunos dientes.
En Lisboa (Portugal), en el convento de carmelitas descalzas de san José, se conserva su mano izquierda, menos el dedo índice.
En Madrid y en otras ciudades españolas con conventos carmelitas, hay partes de carne y su hábito, y otros lugares tienen reliquias de sangre y dientes, al menos uno tan lejano como Puebla, México.