Una multitud digna de las mayores estrellas del rock. El santuario de Salta (Argentina) acogió a más de 650 mil peregrinos del 13 al 15 de septiembre, con motivo de la fiesta del Señor y la Virgen del Milagro. Muy populares en Argentina, estos tres días de fiesta son la ocasión para que los fieles renueven el pacto de fidelidad que les une a Cristo y a la Virgen María.
Esta tradición centenaria se remonta al terrible terremoto que sacudió el norte de Argentina en 1692. Cuando el desastre sacudió otra ciudad del país y los temblores ya se sentían en Salta, el párroco, un jesuita, lanzó una gran procesión con una estatua de Cristo en la Cruz y otra de la Virgen María. Instantes después, el terremoto cesó milagrosamente. Este acontecimiento se considera la primera procesión de la ciudad de Salta, que desde entonces la repite cada año con las dos estatuas milagrosas.
La Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro es una de las festividades religiosas más importantes del país, con casi un millón de argentinos que asisten cada año a la procesión y los festejos por las calles de Salta. "¡Aquí estamos, Señor! Traemos nuestros dolores, nuestras preocupaciones, la pobreza de muchos argentinos", dijo el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presente para celebrar la Misa de clausura de la peregrinación.
"Con nosotros vienen nuestros pecados, nuestras infidelidades, pero también nuestras esperanzas, que se fundan en tu fidelidad constante y siempre renovada", declaró. "En la cruz del Señor de los Milagros encontramos la fuerza para continuar en el camino de la vida, porque (…) reconocemos nuestra vulnerabilidad y nuestra necesidad del Señor de los Milagros".
Fue un momento de alegría y comunión para los fieles, que se fueron con la certeza de que el Señor nunca abandona a sus hijos.