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Canonización equipolente: ¿Una especialidad del Papa Francisco?

St. Peter's Square

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Anna Kurian - publicado el 02/08/24 - actualizado el 18/12/24
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Desde su elección en 2013, el Papa Francisco es el pontífice que más bautizados ha canonizado y se ha distinguido por recurrir frecuentemente a un proceso excepcional: la canonización “equipolente”. ¿El último? La de la Beata Teresa de san Agustín, madre superiora de las Carmelitas de Compiègne, y sus 15 compañeras, asesinadas durante la Revolución Francesa

El 18 de diciembre de 2024, el Papa Francisco aceptó la canonización equipolente de Teresa de san Agustín (1752-1794) y sus quince compañeras carmelitas, mártires de la Revolución Francesa.

Esta forma poco habitual de canonización existe en la Iglesia católica. Los pontífices la utilizan sobre todo para confirmar la santidad de personas que ya gozan de fama de santidad y cuyo culto se remonta a tiempos antiguos, varios siglos. En otras palabras, han sido considerados "santos" durante mucho tiempo por la vox populi, pero su caso de canonización se ha perdido en los meandros de la historia. Se trata del proceso excepcional de canonización llamado "equipolente".

Este procedimiento rápido prescinde de la necesidad de reconocer un milagro atribuido a la intercesión del bautizado en cuestión. Dado que el santo ya gozaba de un culto ininterrumpido y de fama de prodigio, el Papa reconoce inmediatamente el culto preexistente al santo y prescinde de la celebración formal.

A lo largo de los años, el pontífice argentino ha llevado a cabo otras canonizaciones en igual medida. El 17 de diciembre de 2013, incluyó en el catálogo de los santos al sacerdote jesuita francés Pierre Favre (1506-1546), compañero de san Ignacio de Loyola que ayudó a fundar la Compañía de Jesús. Esta decisión, promulgada el día del cumpleaños de Jorge Mario Bergoglio, fue interpretada como un signo de la adhesión personal del Papa, él mismo jesuita.

El mes de abril siguiente, pronunció tres canonizaciones al mismo tiempo, las de José de Anchieta (1534-1597), sacerdote jesuita español que fue misionero en Brasil, François de Laval (1623-1708), misionero francés que fue el primer obispo de Quebec en Canadá, y Marie de l'Incarnation (1599-1672), monja ursulina francesa que también fue misionera en Norteamérica.

El 5 de julio de 2019, fue el turno de un portugués del siglo XVI, Barthélemy des Martyrs (1514-1590), arzobispo de Braga, de ser propulsado a las filas de los santos mediante la firma de un decreto. También en 2021, el 24 de abril, el Papa reconoció la santidad de la dominica italiana de la Edad Media, Margherita da Città di Castello (1287-1320), de forma equipolente.

Según la costumbre, estas canonizaciones particulares son solicitadas por una amplia representación de la Iglesia -una comunidad, una diócesis, etc.- y directamente al Papa.

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