Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
El Evangelio de este domingo nos presenta dos milagros poderosos realizados por Jesús: la curación de la mujer con flujo de sangre y la resurrección de la hija de Jairo. Estos relatos no solo nos muestran el poder y la misericordia de Jesús, sino que también nos invitan a reflexionar sobre la fe y la confianza en el Señor.
Este pasaje nos ofrece varias lecciones valiosas sobre la fe y el poder sanador de Jesús.
La fe valiente de Jairo y la mujer
Ambos personajes, Jairo y la mujer con flujo de sangre, se acercan a Jesús con una fe valiente y desesperada. Jairo, un líder de la sinagoga, no teme arriesgar su reputación al buscar la ayuda de Jesús. La mujer, por otro lado, rompe las normas sociales y religiosas al tocar a Jesús en medio de la multitud, creyendo firmemente que será sanada. Esta fe valiente y audaz es la que Jesús premia con milagros.
Jesús responde a la fe con compasión y poder
Jesús responde a la fe de estas dos personas con compasión y poder. Él sana a la mujer y resucita a la hija de Jairo, mostrando que su poder no tiene límites y que su corazón está lleno de misericordia. Jesús no solo se preocupa por nuestra salvación espiritual, sino también por nuestro bienestar físico y emocional.
La importancia de la fe en nuestra vida diaria
Este Evangelio nos invita a reflexionar sobre la calidad de nuestra propia fe. ¿Nos acercamos a Jesús con la misma confianza y valentía que Jairo y la mujer? ¿Creemos verdaderamente que Jesús tiene el poder de intervenir en nuestras vidas y sanar nuestras heridas? La fe genuina no es una fe pasiva; es una fe activa que busca a Jesús en todas las circunstancias, confiando en su poder y amor.
¿Cómo podemos aplicar estas enseñanzas en nuestra vida diaria?
1Cultivar una fe valiente
Sigamos el ejemplo de Jairo y la mujer, acercándonos a Jesús con valentía y confianza, sin temor al juicio o las normas sociales. Nuestra fe debe ser activa, buscando siempre la presencia y el poder de Jesús en cada aspecto de nuestra vida.
2Confiar en la misericordia y poder de Jesús
Recordemos que Jesús responde a nuestra fe con compasión y poder. No importa cuán desesperada o difícil sea nuestra situación, Jesús está dispuesto a intervenir y sanar. Nuestra fe en Él debe ser inquebrantable, confiando en su amor y poder en todo momento.
3Testimoniar el poder de Jesús
Al igual que Jairo y la mujer, nuestros encuentros con Jesús y su poder sanador deben ser un testimonio para otros. Compartamos nuestras experiencias de fe y milagros con aquellos que nos rodean, para que también puedan conocer y confiar en el amor y el poder de Jesús.
Conclusión
Queridos hermanos y hermanas, este pasaje del Evangelio de Marcos nos invita a tener una fe valiente y confiada en Jesús. Recordemos que Jesús siempre responde a nuestra fe con compasión y poder, y que estamos llamados a testimoniar su amor y poder en nuestras vidas. Que nuestras vidas reflejen una fe activa y audaz, confiando siempre en la misericordia y el poder de Jesús.
Amén.
Domingo XIII del Tiempo Ordinario
Segunda lectura: 2 Cor 8, 7. 9. 13-15
Evangelio: Mc 5, 21-43