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Seguro te ha pasado que no te alcanza el tiempo para hacer todas las cosas que querías hacer en tu día, o quizás sientes que no descansas de manera correcta; puede ser que tengas alteraciones en tu sistema digestivo a causa de no comer a tus horas o de no cumplir con una dieta balanceada. Todo esto, además de afectar tu salud, genera un desánimo por no lograr tus objetivos.
Si te sientes identificado con alguno o más de estos puntos, seguramente te hace falta lo siguiente: una rutina. Aunque a veces se tenga la creencia de que una vida en rutina, lleva a la monotonía, en realidad, las rutinas son patrones de conducta como los hábitos y actividades que se realizan de forma regular y sistemática con el fin de facilitar el control sobre lo que nos rodea.
Componentes para incorporar una buena rutina
Estas acciones pueden estar organizadas en secuencias diarias, semanales o en cualquier otro intérvalo de tiempo. Las rutinas pueden abarcar diversos aspectos de la vida, especialmente cuando se habla de sueño, comida, higiene, organización y estudio.
Dichos aspectos convertidos en rutina, nos llevan a tener orden en todas las áreas de nuestra vida. Ya que, si queremos alcanzar la santidad, es necesario llevar una vida ordenada.
Los frutos de las rutinas
Una rutina debe de estar compuesta por hábitos positivos, puesto que nos ayudan a alcanzar nuestros objetivos; lo que verdaderamente le da vida a la rutina son los buenos hábitos, ya que si estos no se repiten, entonces no alcanzaremos nuestras metas.
Las rutinas pueden mejorar incluso la salud mental debido a que ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, pues eliminan la incertidumbre sobre lo que debemos hacer a continuación.
¿Cómo establecer tu propia rutina?
Te compartimos cuatro sencillos componentes para alcanzar un estilo de vida pleno y virtuoso.
1Establece tus objetivos
Hazlo con base en tus prioridades, aquello que no quieres que falte en tu día, empezando por lo urgente y de importancia.
2Planifica tu día
Una vez que sepas cuáles son tus prioridades es momento de llevarlos a la acción. A partir de un análisis de tus tiempos disponibles, puedes dividir tu día en bloques, incluyendo momentos de descanso y ocio. Puedes utilizar diferentes técnicas como la técnica Pomodoro.
3Establece Horarios realistas
Puedes apoyarte de alarmas, agendas virtuales, así como aplicaciones que te ayudan a recordar tus actividades marcando los tiempos establecidos y logros diarios. No te satures con miles de actividades que luego no podrás cumplir.
4Evalúa por día o por semana
Al término de la rutina que estableciste puedes evaluar qué tan eficaz fue para tu vida, y si tus propósitos fueron medibles. Una vez realizado ese análisis, puedas cambiar algunos tiempos de tu rutina, ya que no quiere decir que ésta debe ser inamovible. Las rutinas se establecen tomando en cuenta tus prioridades, mismas que van cambiando de acuerdo a la etapa que vivas.
Crear una buena rutina requiere tiempo y experimentación, pero una vez establecida, puede tener un impacto significativo en tu bienestar y productividad. Te traerá paz, tu estado de ánimo y salud mejorarán, y eso impactará positivamente vida espiritual.