Como muchas ciudades europeas, la Ciudad Eterna corría el riesgo de ser destruida en la Segunda Guerra Mundial. Pero los romanos, encabezados por su obispo, el Papa Pío XII, invocaron a la Virgen María.
El 4 de junio de 1944, el Papa Pío XII y los católicos de Roma invocaron a Nuestra Señora del Divino Amor. En la iglesia de san Ignacio, rezaron fervorosamente ante el icono de la Salus Populi Romani, pidiendo la intercesión de la Madre de Dios para que su ciudad pudiera salvarse.
"Roma, que ayer mismo temía por la vida de sus hijos e hijas, por el destino de incomparables tesoros de religión y cultura, que tenía ante sus ojos el aterrador espectro de la guerra y de una destrucción inimaginable, mira hoy con nueva esperanza y fortalecida confianza hacia su salvación."
El martes 6 de junio de 1944, mientras las tropas aliadas desembarcaban en las playas de Normandía, el Papa Pío XII celebró en la plaza de san Pedro una gran victoria: la liberación de Roma por las tropas americanas del general Mark Wayne Clark, que tuvo lugar entre el 4 y el 5 de junio.
Ahora, 80 años después, la diócesis de Roma conmemoró esta milagrosa liberación con numerosas procesiones, Misas y rosarios en varias iglesias de Roma, a partir del 4 de junio.
El sábado 8 de junio se dio gracias a la Virgen María en la Basílica de Santa María la Mayor, con una Misa presidida por el cardenal Stanislaw Rylko, seguida del rezo del rosario.
Imágenes de la Misa
El favorito del Papa Francisco
Hoy, la capilla paulina de Santa María la Mayor alberga el icono de la Virgen María Salus Populi Romani (salvación del pueblo romano) - que, según la tradición, fue pintado por san Lucas.
"Siempre he sentido una gran devoción por Santa María la Mayor, incluso antes de ser Papa", afirma en su reciente libro El Sucesor, escrito con el vaticanista Javier Martínez-Brocal.