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Perdonar es un acto de valientes, como dice el padre Pío, ya que al perdonar surgen grandes beneficios espirituales y comienza un proceso de sanación.
El padre José Luis Becerra invitó a los lectores de Aleteia a reflexionar sobre el perdón, visto como una expresión de amor:
Una expresión de amor al prójimo ante sus errores, defectos y pecados que brota de nuestra propia experiencia de la misericordia de Dios que siempre está dispuesto a perdonarnos".
¿Por qué tenemos la capacidad de perdonar?
Así, nos volvemos perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48), dentro de nuestras limitaciones como criaturas; pero al mismo tiempo, con la grandeza de ser hijos de Dios y redimidos por Jesucristo, guiados por el Espíritu Santo.
Los santos nos enseñan a perdonar
Cuando nos llenamos de amor de Dios, "es posible vivir el Evangelio en su aspecto más radical, y podemos ser capaces de expresiones de amor maravillosas".
Los santos son las personas más felices -aunque pasaron por dificultades, sufrimientos y ofensas- porque viven libres de rencores y su corazón estuvo tan lleno de Dios que no había espacio para malos sentimientos ni odios.
Por ello, te presentamos ejemplos de algunos sucesos que perdonaron los santos y la enseñanza que nos dejan.
1San José María Robles Hurtado, sacerdote mártir mexicano
Minutos antes de ser asesinado, lo llevaron hacia un roble para ahorcarlo. Uno de los agraristas era su compadre, a quien san José María dijo: "Compadre no te ensucies las manos", por lo que él mismo beso la soga y se la colocó al cuello. Acto seguido, bendijo y oró de rodillas por sus verdugos.
Lección: orar por nuestros enemigos. Aquellos que buscan matar nuestra alma, son por quienes más debemos pedir.
2Santos Luis y Celia, padres de santa Teresita de Jesús
Este matrimonio santo es un ejemplo de ser "misericordiosos como el Padre lo es". San Luis era relojero y en una ocasión, un hombre entró a robarle; al ver este acto, Luis podía levantar una demanda contra él; sin embargo, se negó a hacerlo, ya que eso implicaría darle pena de muerte al hombre, en cambio, lo perdonó y dejó libre.
Santa Celia, por su parte, vio con ojos de misericordia a aquellos soldados enemigos que la familia recibió en su casa para darles refugio ante la guerra de aquel tiempo; vio por sus necesidades, incluso consolando a uno de ellos.
Lección: no ver a la persona como enemigo, sino ver que también es hijo de Dios y, así como Dios es misericordioso con nosotros, ser misericordiosos con el otro.
3Santa Teresita de Lisieux
Siguiendo el ejemplo de sus padres, santa Teresita supo perdonar en cada momento de su corta vida, perdonando incluso a varias de sus hermanas carmelitas, que no la trataban amablemente.
Una de ellas era la Priora, quien constantemente la acusaba de ser perezosa y delicada, dándole tareas difíciles y culpándola de haber roto un vaso de cristal, aunque no era cierto. Teresita la perdonó y obró con alegría.
Asimismo, otra hermana difícil le hacía mala cara. Teresita no se rendía, al contrario, la ayudaba cuanto podía y sonreía siempre que la veía. Al iniciar su proceso de canonización, esta hermana difícil dio testimonio de santa Teresita.
Lección: siempre que perdonamos hay conversión en el otro. Debemos entender que la persona actúa como actúa por causa de una herida que necesita ser sanada.
4Santa María Goretti
Esta pequeña niña que entregó su vida antes de que le robaran su pureza perdonó a su agresor en el momento en que la estaba asesinando, pidiéndole a Dios por su salvación.
Este hombre al final se arrepintió, se convirtió y asistió a la canonización de la pequeña santa.
Lección: al perdonar, encontramos libertad y un camino más ligero hacia el Cielo, para el agresor y para uno mismo.
5San Juan Pablo II
Cómo olvidar aquel momento en el que san Juan Pablo fue hasta la celda del hombre que intentó asesinarlo públicamente.
Lección: actuar conforme al verdadero ejemplo de Cristo, viendo al otro como hermano.