separateurCreated with Sketch.

¿Por qué seremos juzgados? Jesús es muy preciso

Drzewo na wietrze
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Aleksander Bańka - publicado el 27/02/24
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Sabemos que habrá un juicio final cuando llegue el fin de los tiempos, ¿por qué seremos juzgados? Jesús nos da una respuesta muy clara

Sentencia firme y sentencia detallada

El Juicio Final es un asunto muy misterioso y solemos asociarlo de diferentes maneras cuando pensamos en él. Sabemos que ocurrirá en algún momento de un futuro indefinible, al final de los tiempos, e implicará la Segunda Venida de Cristo. El Catecismo de la Iglesia Católica nos instruye que:

"En el rostro de Cristo, que es la verdad, se revelará finalmente la verdad de la relación de cada persona con Dios. El juicio final revelará lo que cada uno ha hecho bien y lo que ha dejado de hacer durante su vida terrena, incluidas todas las consecuencias" (CIC 1039).

Para aquellos que han partido previamente de este mundo -las vastas multitudes de personas que viven en diferentes momentos de la historia, muertos y ya juzgados en el momento de la muerte (juicio particular)- esto no será un cambio de juicio, sino más bien el sello final que confirma su destino en la eternidad.

¿Qué criterio usará Dios para separar a buenos de malos?

Es imposible evitar la pregunta de cuál será exactamente el objeto del juicio. ¿Qué criterio utilizará Dios para separar a los buenos de los malos e invitar a los primeros a la felicidad eterna consigo mismo?

Pues bien, contrariamente a las apariencias, es precisamente este criterio el que se nos ha comunicado claramente, Jesús lo dio con mucha precisión. El problema es que -probablemente- todavía no hemos escuchado con suficiente atención Sus palabras ni hemos sacado de ellas las consecuencias adecuadas.

Ayuda para amar

Happy volunteers with children sorting donation goods indoors

En el Evangelio según san Mateo, podemos encontrar una imagen significativa y sugerente del juicio final que Jesús transmite a sus oyentes (cf. Mt 25, 31-46). Habla de cómo, cuando el Hijo del hombre vuelva en su gloria y reúna ante sí a todas las naciones, separará a los buenos de los malos, como un pastor separa las ovejas de los cabritos. ¿Por qué se guiará?

Nuestro amor debe manifestarse en una respuesta hábil a las necesidades de los 'más pequeños'".

Paradójicamente, no será, en absoluto, por el número de tratados teológicos leídos, de sermones encendidos o de testimonios edificantes pronunciados, por el número de horas dedicadas a la oración o a los servicios religiosos, o por el tiempo dedicado a la lectura devocional o a las conversaciones espirituales; todo esto solo pretende ayudarnos a amar más, y nuestro amor debe manifestarse en una respuesta hábil a las necesidades de los "más pequeños".

La fe y la piedad no pueden servir de nada

En sus enseñanzas, Jesús llama bienaventurados a los que cuidan de los hambrientos, los sedientos, forasteros, desnudos, enfermos y encarcelados, y malditos a los que no lo hacen. Por supuesto, la lista de estos "más pequeños" y sus necesidades no está cerrada.

La palabra griega ἐλἀχίστος (elachistos) -muy pequeño, el más pequeño-, aplicada a las personas, significa no solo alguien de baja estatura, sino también alguien débil, indefenso, que despierta compasión, alguien necesitado de ayuda.

Al final de nuestras vidas, seremos juzgados por el amor

Es con esas personas con las que Jesús más se identifica, lo que significa que la forma en que las tratamos, la forma en que respondemos a sus necesidades básicas y vitales, equivale a la forma en que trataríamos al Hijo de Dios.

Esto es conmovedor y chocante al mismo tiempo porque es muy posible que, si nuestra fe y devoción no están al servicio de esa comprensión del amor, no nos sirvan de nada. San Juan de la Cruz tenía razón cuando escribió que, al final de nuestras vidas, seremos juzgados por el amor.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.