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Enviudó tres días después de su boda y ahora espera su mayor regalo

Nate Mari Kuhlman
Urška Kolenc - publicado el 08/02/24
"Dios tenía un plan más grande que cualquier cosa que pudiéramos haber imaginado", afirma la joven Mariana

"Nathaniel fue el mayor regalo del Señor", así comienza el testimonio de una joven que enviudó durante sus primeros días de casada, Mariana (Mari) Kuhlman, al medio católico estadounidense National Catholic Register. Apenas tres días después de perder a su marido en un trágico accidente, en enero compartió en su perfil de Instagram la noticia de que esperaba un hijo suyo, lo que sin duda le da esperanza y consuelo cuando piensa en un futuro sin su amado Nate.

Se conocieron en la universidad

Ambos estudiaron en la Universidad Franciscana de Steubenville, en Ohio. Nathaniel era miembro de la fraternidad Discípulos de la Palabra, mientras que Mariana pertenecía a la fraternidad Hijas de Sión.

Surgió una chispa entre ellos la primera vez que se vieron en octubre de 2021, lo que ocurrió por casualidad. Ashley, una amiga de Mariana, mencionó que ella y un grupo de amigos, entre ellos Nathaniel, iban a ir a Florida durante las vacaciones de otoño. Invitó a Mariana y le dijo que las chicas podían quedarse en su casa y los chicos en la de Nathan. Nate llegó en ese momento, se presentó rápidamente y se marchó deprisa, pues tenía el tiempo justo llegar a tiempo a Misa. Más tarde, Nate reveló a Mari que ya entonces se había fijado en su belleza. Ese mismo día volvieron a cruzarse mientras jugaban al voleibol, y por la noche se reunieron con unos amigos en el cine.

Su afecto mutuo fue creciendo. "Me dejó claro que el Señor significaba mucho para él y que no quería precipitarse", recuerda Mari. Se convirtieron en pareja en su tercera cita. El 19 de diciembre de 2022, Nate se comprometió con Mari en una excursión familiar, y se casaron el 28 de octubre del año pasado. "Su boda fue una de las más sagradas en las que he estado", recuerda Heather, la madre de Nate.

Último reencuentro con sus padres y trágico accidente

Los recién casados celebraron su boda con una luna de miel en la isla caribeña de Santa Lucía. Antes de partir, Nate se dio cuenta de que había olvidado su pasaporte en casa. Se puso de acuerdo con sus padres para que se lo consiguieran, fueron juntos a Misa y almorzaron juntos después. Fue "la bendición de una última Misa juntos y dos horas imprevistas de convivencia", recuerda Heather la última vez que vio a su hijo con vida.

Aquel martes fueron a la costa a practicar esquí acuático, un deporte que les encantaba a los dos. A Nate se le daba especialmente bien, ya que había sido miembro del equipo de esquí acuático del instituto. "Yo le miraba y le veía caerse y levantarse", recuerda Mari. Entonces se puso a conversar con alguien en la orilla, sin ver caer a Nate por segunda vez. De repente, una lancha se acercó a toda velocidad a la orilla, llevando a su marido inconsciente. Nate recibió inmediatamente atención médica y fue trasladado en ambulancia a un hospital cercano.

A pesar del shock, Mari se mantuvo en contacto con los padres de Nate, que volaron inmediatamente a la isla. A petición de Heather, sus amigos y conocidos establecieron una fuerte cadena de oración.

Tras una hora de reanimación, el médico solo pudo confirmar la muerte de Nate. Una autopsia posterior demostró que la causa de la muerte del joven fue el ahogamiento.

Confianza en la voluntad de Dios

Mariana y sus padres se mantuvieron en pie gracias a su fe. Se aferraron a la oración y confiaron en la voluntad de Dios a pesar de su terrible dolor. "Nunca me enfadé con Dios", dice Mariana. "Nathaniel está ahora donde siempre quiso estar. Pero no pensé que sería tan pronto, y creo que, en esta vida, nunca entenderé por qué".

Heather, la madre de Nathan, admite que hace unos años estaba enfadada con Dios por los abortos que le habían ocurrido, pero se ha rendido a la voluntad de Dios, incluso ahora, con la muerte de su único hijo. La familia pide que se siga rezando por ella, y sus amigos están recaudando fondos para ayudarles a sufragar los gastos del trágico accidente.

Tras el accidente, Mariana se fue a vivir con sus suegros. "Es duro para ellos porque soy la mujer de su hijo y se me parte el corazón porque han perdido a su único hijo. Igual que ellos me necesitan, yo los necesito a ellos".

Esperando un bebé

"Estaba rebosante de alegría porque Dios nos había concedido este regalo de una nueva vida", recuerda Mariana el pasado Día de Acción de Gracias, cuando se hizo una prueba de embarazo y descubrió que estaba embarazada. "Ojalá Nate estuviera aquí conmigo, pero la alegría es inconmensurable. Podía sentir su alegría. Él ya sabía lo del embarazo, pero yo acababa de enterarme de la noticia".

El día del cumpleaños de Nathan, el 14 de enero, compartió la noticia en Instagram en un emotivo vídeo, escribiendo: "Está claro que Dios tenía un plan más grande que cualquier cosa que pudiéramos haber imaginado. Él respondió a nuestras oraciones y a las oraciones de personas de todo el mundo, solo que de una manera diferente a la que esperábamos, pero sigue siendo un regalo de vida, un milagro por el que estamos rebosantes de alegría".

Los padres de Nate también tienen el inmenso consuelo de que la vida de su hijo continuará a través de su nieto, que se espera que nazca en la segunda quincena de julio.

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