El 14 de diciembre de 2023 el Papa Francisco autorizó al Dicasterio para las Causas de los Santos la promulgación del decreto relativo al milagro para la beatificación del mexicano, siervo de Dios, Moisés Lira Serafín, Misionero del Espíritu Santo. La celebración será el próximo 14 de septiembre en la Insigne Nacional Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
El milagro fue concedido a un matrimonio que estaba esperando un hijo, enfrentando un embarazo lleno de dificultades. Los médicos no daban posibilidad de que el niño sobreviviera. Sin embargo, después de leer un libro sobre la vida del padre Moisés, la pareja rezó una novena y el niño nació sano.
Para conocer algunos aspectos del Venerable Moisés Lira, Aleteia consultó al Lic. Luis Enrique Lara Córdova, investigador en hagiografía. Esto es lo que nos compartió.
Hijo espiritual de Conchita Cabrera de Armida
Moisés Lira Serafín nació en 16 de septiembre de 1893 en Zacatlán, Puebla (México) , a los 5 años quedó huérfano de madre. Fue monaguillo y luego ingresó en el Seminario Palafoxiano de Puebla.
Al conocer al Venerable Félix de Jesús Rougier se entusiasmó por la espiritualidad que el Señor suscitaba a través de él y de la Beata Concepción Cabrera de Armida. El Padre Félix lo consideraba "el primogénito", ya que él fue el primer religioso de la nueva congregación.
Su humildad lo llevó a ocupar el último lugar en todo, viviendo con autenticidad el Espíritu de las Obras de la Cruz, tal como el Señor lo inspiró a la Beata Conchita, a quien siempre quiso con el cariño de un hijo a su madre.
Era sumamente bondadoso y asumió también la infancia espiritual, siendo parte del ejército de "almas pequeñas" inspiradas en el camino marcado por santa Teresa de Lisieux. Su lema era:
"Es necesario ser muy pequeño para ser un gran santo".
Labores y ordenación sacerdotal
Desempeñó los oficios de superior local en diversos lugares y de ecónomo general. En 1922 fue ordenado sacerdote en Morelia y, de 1926 a 1928, estudió Teología Dogmática en la Universidad Gregoriana de Roma. Regresó a México el 17 de julio de 1928. En 1931 pasó al Templo Expiatorio de San Felipe de Jesús, como confesor.
Un hecho que marcó su espíritu misionero fue colaborar con san Rafael Guízar y Valencia en unas misiones populares. Se destacó como director espiritual y confesor; fue un apóstol de la caridad de Cristo hasta el olvido de sí mismo.
Tenía especial cuidado y atención con los niños, a quienes enseñaba a ser monaguillos, muchos de los cuales al final ingresaron en el Seminario o en la Escuela Apostólica de los Misioneros del Espíritu Santo.
Fundador, superior general y muerte
En 1934 fundó la Congregación de las Misioneras de la Caridad de María Inmaculada. Tiempo después, de 1936 a 1938, fue enviado a la Comunidad que los Misioneros fundaron en Celaya, para atender el Templo de la Merced. Luego de la muerte del superior general, Venerable Félix Rougier, fue ecónomo general de la Congregación.
Años después, su estado de salud fue decayendo y, finalmente, murió el 25 de junio de 1950 en la Ciudad de México, con gran fama de santidad. En el año 2000 se inició el proceso de beatificación, y fue declarado Venerable en el año 2013 por el Papa Francisco.
Su tumba puede ser visitada en la nave lateral izquierda del Templo Expiatorio Nacional de San Felipe de Jesús, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.