Seis cosas que un niño debe saber antes de tener un smartphone

Tenemos que admitir que dependemos de nuestros teléfonos para muchas cosas prácticas, como agendas, GPS… por no hablar de todas las respuestas disponibles con solo pulsar un botón. También para muchos adolescentes, los smartphones se han convertido en una herramienta de comunicación esencial.

Usarlos con moderación puede ser muy útil, sin embargo, de no ser así éstos pueden impedir que los niños adquieran habilidades importantes que antes se daban por sentadas. He aquí algunos ejemplos y algunas soluciones sugeridas para ayudar a los hijos a enfrentarse a la vida, incluso sin teléfono móvil.

Cuando eras joven, te sabías de memoria al menos diez números de teléfono. Hoy, puede que ni siquiera sepas el número de tu pareja. Asegúrete de que tu hijo memorice algunos números esenciales por si necesita ponerse en contacto con algún familiar. Además, este también es un buen ejercicio para el cerebro.

Tu GPS es muy práctico, pero te impide aprender a leer un mapa. No solo es una habilidad útil para tu hijo si alguna vez se encuentra en medio de la nada sin red, sino que no hay que subestimar el arte de doblar un mapa de papel en un rectángulo perfecto.

Es tan fácil enviar un mensaje de texto rápido o un correo electrónico, pero hay algo muy humano en escribir y recibir una carta manuscrita. Ya sea una nota rápida de agradecimiento o una larga carta a un abuelo, el esfuerzo es muy apreciado por el destinatario.

Lo bueno de los smartphones es que tienes las respuestas a todo al alcance de la mano. Pero, ¿y si tu hijo está fuera de la ciudad, ha perdido el teléfono y necesita ponerse en contacto contigo o encontrar el camino a casa? Es todo un arte saber pedir ayuda de forma educada y mostrar gratitud a quienes acuden en nuestro rescate.

A medida que los niños se apegan más a sus teléfonos, suelen pasar más tiempo enviando mensajes de texto que hablando cara a cara. Hay que animar a los niños a entablar una conversación y mostrar un interés genuino por sus interlocutores. Esto puede empezar en casa, prohibiendo los teléfonos en la mesa.

La ventaja de los smartphones es la facilidad con la que se pueden hacer cientos de fotos, aunque con demasiada frecuencia se queden en el teléfono y no en un marco. Si tu hijo aprende a hacer una buena foto con una cámara, pasará más tiempo disfrutando de la imagen que quiere captar: ya sea un bonito paisaje, una mascota o un amigo, el resultado final le parecerá más cálido.