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Teología del estilo: moda y fe

Lillian Fallon and the book Theology of Style

Jonathan Weiss | Courtesy of Ascension Press

Redacción de Aleteia - Lillian Fallon - publicado el 07/11/23

¿Es posible encontrar valor en las cosas materiales sin ser materialista? Un nuevo libro explora cómo la moda puede expresar nuestra conciencia de ser amados por Dios

Lillian Fallon es una escritora católica apasionada por ayudar a las mujeres a expresar su irrepetibilidad a través del estilo personal. Recientemente publicó su libro: Teología del Estilo.

“La ropa y la moda son materialistas”, esto fue lo que se dijo un día con severidad mientras navegaba en las pestañas de las páginas web del Fashion Institute of Technology y de la Universidad Ave Maria. Tenía 17 años y estaba sentada en su habitación, rodeada de revistas de moda, pensando que “una buena chica católica debería ir a un buen colegio católico, ¿no?”.

La fe y el estilo siempre habían coexistido en su vida, pero no fue hasta que tuvo que plantearse su futuro cuando sintió que podían ser opuestos, por lo que se preguntó si su pasión por expresarse a través de cosas materiales la convertía en materialista. Fue ahí donde sintió una atracción por profundizar en su comprensión de la fe católica, así que asistió a la Universidad Ave María de Florida.

Esta decisión acabó siendo providencial, pues durante su penúltimo año se apuntó a una clase que cambió su vida.

En última instancia, me impulsó a escribir un libro sobre la intersección de la teología y el estilo personal”.

La clase se llamaba Teología del Cuerpo y estaba basada en las enseñanzas de San Juan Pablo II. El Dr. Michael Waldstein, que impartía la clase, era un experto en la materia que traducía al inglés las audiencias de los miércoles del Papa.

Durante su clase, describió a la persona humana de una manera que Lillian nunca había oído antes. La Teología del Cuerpo no era solo la guía del católico para la castidad, el sexo y el matrimonio, era la antropología definitiva de la persona humana.

En su clase, el Dr. Waldstein citó a San Juan Pablo II diciendo que:

“La estructura del cuerpo [del hombre] es tal que le permite ser el autor de una actividad genuinamente humana. En esta actividad, el cuerpo expresa a la persona”.

Author Lillian Fallon with clothes rack in the background
Lillian Fallon, author of Theology of Style

El cuerpo expresa a la persona

El Dr. Waldstein explicó que el cuerpo y el alma eran inseparables: “Este ‘cuerpo’ revela el ‘alma viviente’ en que se convirtió el hombre cuando Dios-Yahvé le insufló vida”. Nuestros cuerpos no son meros recipientes carnosos ni distracciones para llegar al cielo; nuestros cuerpos manifiestan nuestras almas.

Cuanto más pensaba en ello, más sentido tenía para ella. “Consideremos una sonrisa, las lágrimas, la risa…. Estas expresiones se materializan en el cuerpo, comunicando nuestra humanidad. Una simple expresión puede revelar nuestra emoción más profunda”.

La materialidad del cuerpo comunica de forma no verbal quiénes somos a nivel micro, como individuos, pero también a nivel macro, como seres creados a imagen de Dios. Por ello, san Juan Pablo II reveló que la materialidad del cuerpo es necesaria para la expresión del alma.

Un pensamiento surgió en la mente de Lillian:

“Si el cuerpo manifiesta el alma, entonces las cosas que llevamos pueden ayudar a esta manifestación. Me di cuenta de que si la naturaleza física del cuerpo es tan significativa en la expresión de la persona humana, la forma en que vestimos nuestro cuerpo también debe ser importante”.

Hacer visible lo invisible

Una frase de la Teología del cuerpo le llamó especialmente la atención a la autora. San Juan Pablo II dijo: “El cuerpo, de hecho, y solo el cuerpo, es capaz de hacer visible lo que es invisible: lo espiritual y lo divino” (TOB 19, 4). En ese momento no pudo evitar ver la correlación con el estilo personal. Puesto que el cuerpo manifiesta el alma y el alma se expresa a través de nuestro cuerpo, las cosas que elegimos llevar pueden comunicar la belleza invisible del alma y, al mismo tiempo, dignificar la belleza visible del cuerpo.

Las imágenes estallaron en su mente. Lillian comenta que “trajes de colores vibrantes, tejidos suntuosos y siluetas llamativas; todos adornaban el cuerpo y contribuían a la expresión del alma. Me invadió el deseo de reverenciar mi cuerpo, de dignificarlo con la ropa que llevaba y de elegir prendas que realzaran la belleza de mi alma”.

Expresa que, en la moda, podemos ver tangiblemente la belleza de las formas, los tejidos, los colores y las texturas, pero lo más importante es que la belleza intangible de la persona humana brilla a través de todo ello.

A nivel teológico, se dio cuenta de que las cosas que vestimos son un signo visible de la relación entre lo interno y lo externo, la relación inseparable entre cuerpo y alma. Cuando nos vestimos para celebrar nuestra unidad cuerpo-alma estamos celebrando que estamos hechos a imagen de Dios mismo, lo cual es una herramienta increíble para la evangelización y el crecimiento personal y espiritual. No sólo crecemos en la comprensión de nuestra identidad como hijos de Dios, sino que invitamos a los que nos rodean a reconocer lo mismo en sí mismos.

Theology of Style by Lillian Fallon

Vuelta al mundo de la moda

Decidida a seguir explorando el significado del estilo personal y la expresión de la persona humana, comenzó de nuevo una carrera en el mundo de la moda. Al final se convirtió en editora de estilo de la revista Verily de Nueva York, y las verdades que había descubierto en las páginas de Theology of the Body se incorporaron a su trabajo.

A medida que su estilo personal se desarrollaba, más crecía en el conocimiento de su autoestima. “Cuanto más me vestía para expresar la unidad de mi cuerpo y mi alma dignificando mi cuerpo y eligiendo prendas hermosas que reflejaran la belleza de mi alma, más comprendía quién era yo a los ojos de Dios”.

No importaba lo que vistiera, sabía que era amada incondicionalmente por el Creador simplemente porque Él me hizo.

Nuestra identidad no se encuentra en cómo nos vemos, se encuentra en cómo fuimos hechos. “Creo que estamos llamados a vestirnos de una manera que refleje cómo Él nos hizo”. El estilo no tiene que ver con la ropa en sí, sino con celebrar la creación de Dios utilizando la autoexpresión como herramienta para comprender la profundidad de nuestra persona y el amor del Padre que nos hizo existir a Su imagen.

Teología del Estilo

Desde aquella clase de Teología del Cuerpo en la universidad, una voz le insistía en que escribiera un libro sobre Teología del Cuerpo y estilo personal.

“Me puse a escribir. En las páginas de Teología del estilo: Expresar tu yo único e irrepetible, me sumerjo en cómo el estilo se relaciona con la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II y su Carta a los Artistas, la antropología de la persona humana, la psicología del estilo, la expresión de la feminidad y la masculinidad en nuestra ropa y, por supuesto, la modestia”.

La Teología del Estilo trata de crecer en la comprensión de nuestra identidad como seres hechos por el Creador, completamente únicos y deseados para la eternidad. El estilo personal no es más que una herramienta destinada a ayudarnos a descubrir hasta qué punto somos deseados y amados por Dios.

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