Recordando el ejemplo dado por los dos fundadores de la Iglesia latina en Roma, exaltó la belleza de una "Iglesia humilde que nunca da por sentada la búsqueda del Señor", pero que sabe ser también una "Iglesia extrovertida, que no encuentra su alegría en las cosas del mundo sino en el anuncio del Evangelio al mundo”.
La Iglesia, explicó el obispo de Roma, debe inspirarse en Pedro, convirtiéndose en una "Iglesia en seguimiento", capaz de desprenderse de las seguridades terrenas para ponerse "inmediatamente" tras las huellas de Jesús. "Al convertirnos en sus discípulos y aceptar su Palabra, nos convertimos en sus amigos y experimentamos su amor transformador", dijo.
"Si podemos posponer muchas cosas en la vida, el seguimiento de Jesús no se puede posponer", afirmó el pontífice. Advirtió contra las "excusas espirituales" que hacen que la gente dude en seguirlo, describiéndolas como un "truco del diablo".
El otro ejemplo es el que dejó San Pablo, quien enseña que "crecemos en la fe y en el conocimiento del misterio de Cristo tanto más que somos sus heraldos y testigos", dijo Francisco. Una Iglesia "necesita anunciar como el oxígeno para respirar", subrayó.
El Papa advirtió contra una "religiosidad íntima que nos dejaría solos, sin dejarnos sacudir por la preocupación de llevar el Evangelio a los demás". E invitó a la Iglesia a "poner siempre el anuncio en el centro" de su funcionamiento.
Bendición de los Palios
Durante la misa, el Papa bendijo los palios, tejidos de lana blanca colocados sobre la tumba de San Pedro y destinados a los primados y arzobispos metropolitanos designados este año. Los palios fueron entregados, para algunos de ellos, a sus destinatarios presentes en la basílica.
Como es costumbre en la fiesta de los santos apóstoles Pedro y Pablo, patronos de la ciudad de Roma, asistió a la misa una delegación del Patriarcado de Constantinopla.
Fue presidida por Job, Arzobispo Metropolitano de Pisidia, acompañado por el secretario del Santo Sínodo Eparquial de la Arquidiócesis de América, Atenágoras, y un diácono. Cada 30 de noviembre, día de San Andrés, una delegación romana en representación del Papa asiste a la Divina Liturgia presidida por el Patriarca Bartolomé en la Iglesia de San Jorge en Fanar.