La misa fue presidida por el arzobispo salteño monseñor Mario Cargnello, tras la cual fueron rubricados los documentos necesarios junto con los representantes agustinos.
Más de 25 sirvió con humildad y competencia en la misión en los valles calchaquíes, aún luego de haber servido a la Orden en su órgano de gobierno central en Roma. Conocido coloquialmente como el padre “Salus”, es recordado por su alegría, su optimismo, y su profunda espiritualidad, entre otras virtudes.
Salustiano Míguélez Romero nació en Santibáñez de Tera, Zamora, España, el 19 de febrero de 1919. Educado en valores cristianos, ingresó en 1933 a la Orden de San Agustín en el Monasterio de Uclés, en Cuenca, pero luego del noviciado y sus primeros votos, desatada la Guerra Civil, debió suspender sus estudios.
Fueron años de martirio para la Orden de San Agustín, y la vida católica en general en España.
Concluida la Guerra, prosiguió su formación en el monasterio de Santa María de la Vid, en Burgos, y fue ordenado sacerdote el 23 de diciembre de 1944, en Madrid. Luego de servir a la orden en España, incluso como Secretario Provincial, fue destinado a Roma, y se desempeñó entre 1959 y 1965 como Secretario General de la Orden. Desde ese sensible puesto, acompañó el Concilio Vaticano II, y desde 1965 a 1971 como Asistente General, tiempos imprescindibles de adaptación de la familia a los tiempos modernos.
Durante esos años el Papa Pablo VI creó la prelatura de Cafayate, en el norte argentino, confiada inicialmente a los padres agustinos. No quiso perderse el desafío, y en 1972 llegó a ella para acompañar la misión. Desempeñó tareas pastorales en la prelatura en la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria de la ciudad de Santa María (Catamarca).
Permaneció en el norte argentino, misionando el carisma agustino, luego destinado a la parroquia Santa Teresa de Jesús de la ciudad Salta, confiada a la familia agustina en 1976, donde permaneció hasta diciembre de 1999.
Falleció un año después, luego de que se le diagnosticara cáncer. Tenía 80 años. Su anhelo era regresar a la misión. Desde entonces, confían muchos, la acompaña desde otros lados.
En la homilía, monseñor Cargnello lo definió como “un enamorado de Cristo y un enamorado de sus hermanos”. “Él, trabajando en el Vaticano al lado de Pablo VI, apoyó con mucho entusiasmo que los padres agustinos asumieran la prelatura de Cafayate y cuando terminó su trabajo en el Vaticano vino aquí”, recordó.
El prelado salteño recordó especialmente las visitas que el padre “Salus” hacía durante las siestas al barrio San Antonio: “Con su hábito iba y saludaba, se interesaba, celebraba la Eucaristía, guiaba a la comunidad y siempre estaba disponible, como todos los padres agustinos en nuestra arquidiócesis de Salta”.
La noticia de la Misa formal de apertura del proceso de beatificación de Salustiano Miguélez rápidamente fue replicada en las redes sociales de la familia agustina en todo el mundo. Es que muchos, desde antes, ya confían en su intercesión.
Hoy celebramos a...