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La eutanasia, una línea roja para el Papa Francisco

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I.Media - publicado el 30/05/23
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En la línea de sus predecesores, el Papa nunca ha dejado de abogar por la defensa de la vida. "La eutanasia y el suicidio asistido son un fracaso para todos"

"Hoy estoy muy triste, porque en el país donde se apareció la Virgen se ha promulgado una ley para matar, un paso más en la larga lista de países con eutanasia", dijo el Papa Francisco el 13 de mayo, día de la memoria litúrgica de las apariciones de la Virgen María a los pastores de Fátima.

El día anterior, los parlamentarios portugueses habían aprobado efectivamente el Decreto 43/XV sobre la muerte médicamente asistida, lo que obligó al presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, a promulgarlo, a pesar de la oposición personal de este ferviente católico a este desarrollo que había contenido durante mucho tiempo por todos los medios constitucionales posibles.

Portugal, a pocas semanas de la JMJ de Lisboa y de una segunda visita del Papa Francisco tras la de Fátima en 2017, se suma así a España, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Canadá y Nueva Zelanda entre los Estados que han legalizado la eutanasia activa.

En Francia, una ley está en preparación y debe ser debatida en el Parlamento a partir del verano. El tema se planteó durante la última visita del presidente Emmanuel Macron al Vaticano, en octubre de 2022.

El Papa Francisco ha expresado en reiteradas ocasiones su oposición frontal a este desarrollo legislativo, que considera como el signo de un "desperdicio cultural" y la exclusión de enfermos y personas mayores desde el ámbito de la vida en sociedad.

"Un fracaso para todos"

En la línea de sus predecesores, el Papa nunca ha dejado de abogar por la defensa de la vida. "La eutanasia y el suicidio asistido son un fracaso para todos", escribió el jefe de la Iglesia católica en Twitter el 5 de junio de 2019, tras el suicidio de una adolescente holandesa de 17 años.

"Estamos llamados a nunca abandonar a quien sufre, no debemos abandonar, sino cuidar y amar para devolver la esperanza", añadió el pontífice argentino.

La Iglesia católica se opone resueltamente tanto a la eutanasia -el acto de provocar a sabiendas la muerte de un paciente- como al suicidio asistido -la provisión legal de los medios para acabar con la propia vida-.

La eutanasia, explica la Nueva Carta de los Operadores de la Salud publicada en 2017 por la Santa Sede, es un acto "absurdo e inhumano", uno de los "síntomas más alarmantes de la cultura de la muerte". Se trata de un "acto homicida, que ningún fin puede justificar", indica este documento.

Durante su visita a Canadá en julio de 2022, el Papa Francisco dirigió una pequeña "queja" al Primer Ministro Justin Trudeau, presente durante su discurso ante las autoridades civiles, en la Ciudadela de Quebec.

En este país que ha legalizado el uso del suicidio asistido y la eutanasia, el pontífice argentino se había levantado contra la "cultura de la cancelación", denunciada como "una moda cultural" que "muchas veces descuida los deberes hacia los más débiles y frágiles: los pobres, los migrantes, los ancianos, los enfermos, los niños por nacer… Son los olvidados en las sociedades del bienestar; son los que, en la indiferencia general, son tirados como hojas secas para quemar", expresó el Papa Francisco.

El pontífice argentino había exigido que "no se deje de lado el cuidado y los derechos de la familia en nombre de posibles demandas productivas e intereses individuales". Palabras cargadas de un significado particular en Canadá, donde la muerte por prescripción tiende a convertirse en un lugar común en el marco de la economía de mercado: la asistencia médica para morir es incluso ofrecida por un director de funeraria en Quebec como un simple servicio de pago, ofrecido en un salón amueblado.

Aseguró que la Iglesia Católica se propone promover su "legítimo servicio a favor de la vida humana en todas sus fases, desde la concepción hasta la muerte natural". La firmeza del Papa, sin embargo, se vio ensombrecida por el tema general de este viaje: el pedido de perdón de la Iglesia para las poblaciones indígenas que fueron víctimas de abusos en los internados católicos.

"Honrar" a los ancianos que "necesitan nuestro amor"

"La cuestión de legislar sobre el suicidio asistido se está planteando actualmente en varios países y allí se espera la palabra de la Iglesia". Recientemente, al recordar su oposición a la eutanasia, Mons. Vincenzo Paglia, presidente de la Academia para la Vida, se refirió al complejo situación italiana y consideró legítima la posibilidad de la mediación judicial en determinados casos muy concretos. El Papa Francisco, que ha denunciado constantemente la cultura de la muerte y promovido un discurso positivo en defensa de la vida, no se pronuncia nunca sobre una situación concreta.

"Si el paciente se siente amado y considerado y no juzgado por su "productivida"”, la solicitud de eutanasia "desaparece", aseguró en octubre de 2018 cuando recibió en audiencia en el Vaticano a los participantes en un congreso sobre ética en la gestión de la salud.

"La sombra negativa de la eutanasia desaparece" en pacientes terminales bien tratados, dijo.
Más allá de las legalizaciones formales, el Papa advierte regularmente contra las muchas eutanasias pasivas o indirectas que existen en ciertos hospitales, en particular debido a la presión económica. Ante la asociación religiosa italiana de institutos sociosanitarios, en abril de 2023, el Papa había denunciado "una eutanasia oculta y progresiva" que consiste en privar a una persona mayor de los tratamientos que necesita para "salvar".

Hay que "honrar" a los ancianos, en lugar de "dejarlos morir o hacerlos morir", insistió también el 5 de marzo de 2015, ante los participantes en la XXI asamblea general de la Pontificia Academia para la Vida, dedicada a los ancianos y los cuidados paliativos .

"Aquellos que nos han ayudado a crecer no deben ser abandonados cuando necesitan nuestra ayuda, nuestro amor, nuestra ternura", suplicó el Papa Francisco.

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