No tenía tarjeta de crédito, ni comida, solo su rosario en la mano. Así es la increíble peregrinación que realizó Jaime, un polaco de 23 años que partió de su ciudad natal de Lomza (situada a 140 km al noreste de Varsovia) el 17 de julio de 2022, para llegar a la ciudad mariana de Fátima, a 5.600 kilómetros de distancia el 24 de febrero de 2023.
Para ello, el joven, peluquero de profesión, encomendó su peregrinación a María y se puso bajo el patrocinio de san Juan Bosco , de quien le gusta especialmente esta frase: "Un santo triste es un santo triste".
Jaime ofreció su camino por la paz, rezando constantemente, solo con su rosario y también usó su celular, gracias al cual contaba su camino día a día en Facebook , donde una comunidad cada vez mayor lo seguía y rezaba con él.
Para él, el rosario es "el arma más eficaz del mundo". Cada kilómetro recorrido es un Ave María extra por la paz en el mundo, por sus seres queridos y por aquellos que conoció durante su peregrinaje.
Confiesa también que tuvo la oportunidad de asistir a Misa y adoración todos los días, "una gran gracia".
Tras los pasos de María
Durante sus 221 días de peregrinación, Jaime confió en la Providencia, sin preocuparse nunca por dónde dormiría esa noche ni por el pan de cada día.
Y lo confiesa hoy, ¡en ningún momento pasó hambre, ni quiso detenerse ni darse la vuelta! Al contrario, cada día, en cada país, en cada pueblo que visitó, cuenta haber experimentado bondad, hospitalidad y ayuda extraordinaria y desinteresada.
Mientras caminaba entre 30 y 50 kilómetros al día, Jaime se tomó su tiempo para pasar por lugares marianos como Częstochowa, luego por Eslovaquia, Hungría y Bosnia, donde visitó Medjugorje.
Hay casi tantas anécdotas como días de caminata. Como ese día en Francia en que un reluciente y caro BMW se detuvo repentinamente en una pequeña carretera rural francesa, de donde salieron hombres enmascarados que abrieron el maletero del cual extrajeron una gran bolsa de comida que hizo las delicias de Jaime durante tres días.
Después cruzó Croacia, Eslovenia antes de dirigirse a Venecia, luego llegó a Turín, que ciertamente no está en el camino de Fátima, pero donde Jaime quería saludar a san Juan Bosco, el santo patrón de su peregrinación.
Desde Turín se dirigió al norte, para cruzar los Alpes y pasar por La Salette.
Tras atravesar Francia y España donde aprovechó al máximo la hospitalidad española, finalmente llegó a Portugal.
La gente es buena
A lo largo de su peregrinación, cuenta Jaime con emoción, siempre se benefició de la hospitalidad de parroquias y monasterios.
Pero también lo invitaban personas a quedarse con ellos, le permitían usar el baño, lo alimentaban e incluso lo llevaban a tiendas de ropa deportiva para poder comprar artículos nuevos para reemplazar los dañados al caminar.
A veces, también, ofrecía sus servicios como peluquero para cambiar alojamiento o un poco de dinero por equipo o comida.
En sus historias, Jaime desatca lo buena que es la gente. "A veces están perdidos, a veces Dios está 'perdido' para ellos, pero son buenos y quieren el bien, no el mal", señala.
¿Y el regreso? Tenía la intención de volver a casa caminando. Y visitar otros santuarios marianos y lugares asociados con santos de la Iglesia.
Espera regresar a casa durante las próximas vacaciones de verano, pues el joven peluquero admite que no tiene intención de apresurarse.
"Esta no es una peregrinación de simplemente caminar y cubrir la distancia. Hasta ahora, no he tenido mucha prisa.
Se trata sobre todo de experimentar la solicitud de Dios y de las personas que pone en mi camino.
El Señor Dios puede usar a todos, sin importar sus pecados, sus antecedentes, su educación, su trabajo".
¡Ave María!, escribe de nuevo Jaime, agradeciendo a todos los que lo apoyan con la oración.