¿Es necesario dedicar una canción de venganza como lo ha hecho Shakira?

Todos los medios hablan de lo mismo: el estreno de la nueva canción de Shakira, la BZRP Music Sessions #53, en colaboración con el productor argentino Bizarrap. Es ya un temazo con millones de reproducciones y descargas.

No se distinguirá esta canción por su calidad musical, ni será recordada por eso, sino por su letra cargada de desprecio.

Los titulares de los medios son claros: "Shakira despelleja a Piqué", "Se despacha a gusto contra Piqué", "Lanza su bomba nuclear a Piqué", "Los 7 dardos de Shakira a Piqué y Clara Chía", "Sin sutilezas, Shakira contra Piqué", "Un tema cargado de recados para el exfutbolista" o "La cantante utiliza su última canción para atizar sin piedad al ex futbolista". 

Y es que la artista no ha dejado dudas ni espacio para la imaginación. Su letra es clara y sus alusiones a su expareja y padre de sus hijos son directas y desgarradoras. También hay referencias a la actual novia y a la madre de Gerard Piqué. 

Está claro que la cantante no ha valorado las consecuencias de esta canción. Su letra ha quedado por escrito y son muchas las personas que ya la han escuchado. Demasiadas. 

Sin ir más lejos, mi hijo, adolescente, fan de la carrera futbolística de Gerard Piqué y de su trabajo como empresario al lado de Ibai Llanos, lo primero que comentó al llegar a casa ayer fue: "¡Mamá! ¿Has escuchado la letra de la nueva canción de Shakira contra Piqué?".

¿Qué mensaje podemos transmitir nosotros? Pues que los problemas de pareja se tienen que arreglar en pareja y no airearlos. Otra cosa es que un artista dedique una canción para mostrar sus sentimientos de desengaño o de desamor. Pero hay maneras de hacerlo. Y Shakira no ha escogido la mejor.

El compositor Manuel Alejandro, por ejemplo, escribió muchísimas canciones de éxito para artistas como Rafael, Julio Iglesias o Rocío Jurado en las que sugería, con más o menos rodeos, gracia y elegancia, los problemas sentimentales de los cantantes, cuya situación personal conocía perfectamente.

Se puede escribir sin herir, sin rencor, sin que nos rechinen los oídos ni nos llevemos las manos a la cabeza al escuchar la letra de una canción.

También se puede interpretar vestido con traje, corbata o de tiros largos, o con ropa interior de color púrpura y contorneándose como hace Shakira. No podemos quedarnos en el "es lo que se lleva ahora". El buen gusto se lleva siempre.

No es la primera vez que la cantante se refiere a su anterior pareja desde que se separaron. Ya lo hizo el pasado año 2022 cuando presentó dos sencillos, "Te felicito" junto al puertorriqueño Rauw Alejandro, y "Monotonía" en colaboración con Ozuna. 

Pero con esta última creación musical el ambiente, que andaba algo caldeado, ha ardido definitivamente con esta esperada colaboración entre la cantante colombiana y el productor argentino Bizarrap. 

Tanta rabia contenida no puede ser buena. Y si revisamos la biografía de Shakira comprobamos que ella también dejó a su novio anterior, Antonio de la Rúa, por Gerard Piqué. Nunca se ha oído que Antonio criticara a Shakira por ello. 

A su vez, Piqué dejó a su novia Nuria Tomás por Shakira. Nuria tampoco dijo nada. Bueno, sí. Una vez, dos o tres años después de la ruptura con el futbolista, un periodista le preguntó si había perdonado a su novio. Ella, muy risueña le contestó: "Claro hombre, cómo no entenderlo… si hasta mi hermano tiene un poster de Shakira en su habitación". 

Todo es cuestión de buena actitud. ¡Cuánto podemos aprender de esta situación!

En definitiva, la canción hace literalmente picadillo al padre de sus hijos y rompe los posibles puentes que pudieran existir con el hombre con el que compartió 12 años de su vida. ¿Qué pensarán los niños al oír las duras declaraciones hacia él? 

Además, hace referencias continuas a su actual pareja, Clara Chía. ¿Ha pensado Shakira que ella, posiblemente y si la relación se consolida, pasará tiempo con los niños?

Y cita incluso a la madre del futbolista, que fue su suegra, pero que es y será abuela de sus hijos. 

En fin, lo escrito, escrito está y además está cantado. Nos puede servir este episodio para practicar la caridad en nuestras opiniones, en nuestros comentarios y en cómo valoramos a los demás. Y también podemos revisar cómo vivimos el perdón.