Perú vivía horas de tensión este 7 de diciembre tras la decisión de Pedro Castillo de disolver el Congreso de la República, indicar la reestructuración del sistema judicial y anunciar un «gobierno de excepción» a través de una cadena nacional.
El inesperado anuncio de Castillo surgió, calificado por el espectro político de «golpe de Estado», poco antes de la sesión del Congreso de la República para la votación de una moción de vacancia presidencial.
Sin embargo, tras la decisión de Castillo, el Congreso finalmente declaró la vacancia presidencial (destitución) con 101 votos a favor y en referencia a «incapacidad moral».
La situación de crisis institucional, que ha tenido fuerte repercusión a nivel internacional, derivó también en la detención de Castillo y en que la vicepresidenta Dina Boluarte debía asumir la presidencia.
El mensaje de la Iglesia
Mientras los hechos continuaban en desarrollo este jueves, la Iglesia de Perú, a través del Consejo Permanente, emitió un comunicado en el que rechazó «de manera enérgica y absoluta, la ruptura del orden constitucional».
«Es derecho y deber moral de los pueblos y de los ciudadanos la defensa de la democracia», expresó la Iglesia.
Los obispos de Perú también pidieron a «las instituciones tutelares de la patria asumir con plenitud sus funciones constitucionales para proteger y salvaguardar la democracia, garantizando, preservando y restableciendo el orden público constitucional, haciendo efectivas las responsabilidades de ley».
«En este momento difícil para el país, llamamos a la unidad nacional, mantener la tranquilidad y poner coto a cualquier forma de violencia y de afectación de los derechos fundamentales de los ciudadanos», finalizó la Iglesia de Perú.