"La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica", dice el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia.
Sin embargo, en 2022 "la mitad de los gobiernos democráticos del mundo están en declive, socavados por problemas que van desde las restricciones a la libertad de expresión hasta la desconfianza en la legitimidad de las elecciones".
Este es el resumen del informe del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral, con sede en Estocolmo (IDEA Internacional). "Este declive se produce cuando los líderes electos enfrentan desafíos sin precedentes tales como la guerra de Rusia en Ucrania, las crisis del costo de vida, una recesión global inminente y el cambio climático".
En uno de los "hallazgos" de este informe se muestra que la democracia "no parece estar evolucionando de una manera que refleje las necesidades y prioridades que cambian rápidamente. Hay pocas mejoras, incluso en democracias que se están desempeñando en niveles medios o altos".
Una erosión constante
El texto presentado el 30 de noviembre señala que el número de países en retroceso —aquellos con erosión democrática más severa— "está en auge e incluye democracias tan establecidas como la de los Estados Unidos, que aún enfrenta problemas de polarización política, disfunción institucional y amenazas a las libertades civiles".
Y señala un dato aterrador: que en el mundo el número de países que avanzan hacia el autoritarismo es más del doble del número de países que avanzan hacia la democracia.
"El declive de la democracia global incluye el socavamiento de resultados electorales creíbles, restricciones a las libertades y derechos en línea, desilusión de los jóvenes con los partidos políticos y los líderes inaccesibles, corrupción intratable y el surgimiento de partidos de extrema derecha que han polarizado la política".
"El mundo enfrenta una multitud de crisis, desde el costo de la vida hasta los riesgos de una confrontación nuclear y la aceleración de la crisis climática. Al mismo tiempo, vemos la democracia global en declive. Es una mezcla tóxica", expresó el secretario general de IDEA Internacional, Kevin Casas-Zamora al presentar el informe de 2022.
Camino al autoritarismo populista
Y recalcó algo muy importante que ya decía el papa Francisco recientemente, en su entrevista con America Magazine: que la polarización no es católica (ni ética). "Nunca –dijo Casas-Zamora, ha habido tanta urgencia para que las democracias respondan, para mostrar a sus ciudadanos que pueden forjar contratos sociales nuevos e innovadores que unen a las personas en lugar de dividirlas".
A fines de 2021, dice el texto de la organización intergubernamental, la mitad de los 173 países evaluados experimentaron disminuciones en al menos un subatributo de la democracia, lo cual debería de encender todos los focos de alarma en el mundo.
Y es que el autoritarismo sigue profundizando en todos los rincones del planeta. Es más: casi la mitad de todos los regímenes autoritarios han empeorado. Afganistán, Bielorrusia, Camboya, Comoras y Nicaragua, entre otros países, "han experimentado un gran declive".
En cuanto a las Américas, el informe de IDEA Internacional señala que tres de cada siete democracias en retroceso se encuentran en el Continente, "lo que apunta a instituciones debilitadas incluso en democracias de larga data". Y luego subraya que los populistas siguen ganando terreno "a medida que la innovación y el crecimiento democráticos se estancan o decaen".