En muchos edificios de la Iglesia católica, con frecuencia hay áreas que el párroco o los feligreses llaman el "nártex" o el "vestíbulo".
Aunque la mayoría de la gente usa estos términos indistintamente, originalmente eran espacios arquitectónicos separados con diferentes funciones.
¿Qué es un vestíbulo?
Inicialmente, un vestíbulo estaba destinado a ser un salón cubierto que se encontraba inmediatamente afuera de las puertas principales.
La Enciclopedia Católica explica:
"El propósito del vestíbulo, al menos en Europa occidental, no era proporcionar un lugar de descanso para los penitentes, sino amortiguar el ruido exterior. En la época medieval, Italia se aferró firmemente a la simple cámara abierta con techo inclinado. Sin embargo, al norte de los Alpes, el vestíbulo se convirtió en una estructura saliente unida al edificio principal, recordando las iglesias sirias".
Muchas de las iglesias de la ciudad de Roma tienen estos vestíbulos exteriores revestidos con grandes columnas.
Esta área también se llamaba el "Paraíso", en referencia a una "Obra del Paraíso" que se representó en esta área durante la Edad Media.
¿Qué es un nártex?
En las iglesias modernas el nártex suele conocerse como "espacio de encuentro". Esta área de la iglesia se encuentra dentro de las puertas principales pero inmediatamente antes de entrar en la parte principal del espacio reservado al culto.
Históricamente, este era un lugar -fuera o dentro del edificio de la iglesia- donde esperaban los catecúmenos que aún no habían sido admitidos en la Iglesia.
Todavía no formaban parte del Cuerpo de Cristo a través del Bautismo. Entonces tenían que esperar hasta la Pascua para cruzar las puertas y unirse al resto de la congregación.
Esta separación física era un signo visible de que aún no estaban en plena comunión con la Iglesia católica, y el nártex es donde empezaba el Rito del Bautismo. Luego, el sacerdote conducía ceremoniosamente a los catecúmenos al edificio de la iglesia y a la pila bautismal.