Félix Varela es una de las personalidades más relevantes de la historia de Cuba, pero también de España y de Estados Unidos. Sin él no podría explicarse la historia del siglo XIX en estos tres países.
Su rica personalidad hace que tenga muchas facetas: sacerdote, filósofo, diputado promotor de la independencia de Cuba y director de periódico revolucionario.
En él se abrazan la filosofía, la ética, la pedagogía y la política como un todo que impulsó el proyecto nacional de Cuba. Todo ello se une en este sacerdote, el padre Varela, que murió con fama de santidad.
El posible milagro
Ahora la Iglesia ha dado un paso más. Ha estudiado su vida y sus virtudes heroicas. Lo más reciente: ha averiguado que posiblemente ha habido una curación milagrosa por la intercesión de quien está considerado "padre de la patria" cubano.
El arzobispo Vincenzo Paglia, postulador de la causa de canonización del sacerdote Varela, ha manifestado a Aleteia que, efectivamente, está en estudio un posible milagro.
"Yo creo que el proceso de beatificación de Félix Varela está muy al final de un largo proceso."
Se trata de "la curación de un niño", afirma, "y la Congregación para las Causas de los Santos tiene que aprobarlo".
"Puede ser un milagro válido"
Hay dos comisiones, una médica y otra teológica. Lo que yo puedo decir, estudiando y hablando con algunos, es que creo que este milagro puede ser un milagro válido. Si este es aprobado, nosotros podremos decir que ha concluido el proceso."
Si la congregación para las Causas de los Santos da el vistobueno a esta curación que tiene visos de ser milagrosa, la beatificación del Padre Varela estará muy cerca:
"Esto quiere decir que en los primeros meses del año que viene (2023) la congregación podrá decidir después de un examen serio, muy serio de esta causa, y presentar los resultados al Papa. Si es positivo, el Papa tiene que verificar a Félix Varela."
En qué consiste el milagro del Padre Varela
Paglia explica:
"El niño tenía una malformación congénita. Oraron y rezaron a Varela. Una señora puso una imagen del Padre Varela cerca del niño. Después, el niño milagrosamente pasó a mejor condición."
"Este milagro para nosotros tiene que ser confirmado por el grupo de los médicos. Y después, para decidir que es un signo del cielo, hay que subrayar esta relación entre la salud y la oración a Varela por parte de los familiares del niño mismo. Si estos dos juicios coinciden, es el milagro."
Una gran figura de la Historia
El postulador Paglia subraya que la figura del Padre Varela tiene un contenido histórico de primera magnitud, sobre todo en Cuba, Estados Unidos y España.
"Varela es un hombre singular. Fue del siglo XIX pero puede ser también de hoy. Fue admirado. Fue un prófugo de Cuba. En España defendió la libertad y la independencia del país (Cuba) y por ello fue condenado a muerte. Fue obligado a dejar el país y se fue a Nueva York.
"Fue el fundador, podríamos decir, de la arquidiócesis de Nueva York. Debía ser nombrado como primer obispo de la ciudad pero el Rey de España habló con el Vaticano y este nombramiento fue cancelado."
"De una modernidad increíble"
También destaca su vida ejemplar como sacerdote. "Fue un hombre con gran sabiduría", dice Paglia.
En Nueva York, "él fundó una parroquia que fue multinacional, no solamente para los cubanos o los italianos, sino para todos. Fue la única parroquia internacional en Nueva York, con la que impulsó, por ejemplo, los cantos de todos y no de una sola región. Esto es de una modernidad increíble."
Un puente entre América del Norte, Cuba y América Latina
Por eso "Varela puede ser, yo creo, un puente entre América del Norte y Cuba y América Latina. Y hoy nosotros necesitamos de este puente, porque si continuamos estando divididos, el mundo será peor."
¿Dónde se hará la beatificación?
Por eso "el sueño que yo tengo es que la beatificación de Varela sea en la primera etapa en La Habana y después también sea en Nueva York. En este sentido, un hombre como él, un sacerdote, puede ser puente de unidad para el futuro de las Américas y del mundo.
Jornada de estudio en Roma
Precisamente, el próximo viernes día 18 se celebra en Roma la jornada académica "Padre Félix Varela: permanencia de su legado y elementos en su causa de beatificación" en la Pontificia Universidad Lateranense.
En ella está previsto que intervengan, entre otros, el presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba, monseñor Emilio Aranguren, y el postulador, monseñor Paglia, además de Eduardo Torres-Cuevas, profesor de Ciencias Históricas de la Universidad de la Habana, quien hablará del "Pensamiento de Félix Varela".
A continuación, pueden ver las declaraciones de monseñor Paglia a Aleteia:
Vida de Félix Varela
Félix Varela nació en La Habana (Cuba) el 20 de noviembre de 1788. Su padre era español, capitán del Regimiento Fijo de La Habana, que entonces era colonia española. Su madre, Josefa Morales, era de Santiago de Cuba.
Félix fue el tercer y último hijo del matrimonio, y le precedían sus hermanas María de Jesús y Cristina. Lo bautizó a la semana el capellán del regimiento, el dominico Miguel Hernández.
Sin embargo, a los 3 años falleció la madre y los tres hijos quedaron al cargo de la abuela y las tías, puesto que su padre era militar en activo y debía viajar continuamente. Su abuelo también era militar: al ser destinado ese mismo año a San Agustín, en la península de la Florida (que entonces era aún colonia española), se llevó consigo a Félix.
Esto hizo que el pequeño pudiera cursar estudios primarios con el padre O’Reilly. Con él aprendió latín, gramática y violín, lo cual no era frecuente en aquella época.
Entrada en el seminario
Al comenzar los estudios secundarios, Félix regresó a la Habana. Su padre había muerto y en la familia pesaba la idea de que el nieto siguiera los pasos de la saga haciéndose militar. Sin embargo, el joven manifestó en aquel momento que quería ser sacerdote y entrar en el seminario. Félix Varela tenía 14 años.
Así, se inscribió en el Real y Conciliar Colegio Seminario San Carlos y San Ambrosio de la Habana. La biografía que publica la Real Academia de la Historia (de España) hace constar que destacó "por sus estudios y sincera vocación."
Talento singular
Tenía un gran talento. Estudió en la Universidad de La Habana, obtuvo las titulaciones académicas y a los 19 años, fruto de su inteligencia y su dedicación, "sustituyó las cátedras de sus propios profesores", concretamente las de Latín y Retórica en el seminario, por concurso en 1811.
A los 23 años recién cumplidos recibió el orden sacerdotal en la catedral de La Habana de manos del obispo Díaz de Espada (1756-1832). Para ello hubo que pedir al Papa dispensa a causa de su edad. Celebró su primera misa en el convento de Santa Teresa.
En 1812 fue nombrado profesor de Filosofía, Física y Ética en el seminario. Allí prepararía el que iba a ser el primer laboratorio de Física y Química del país.
Un gran pedagogo: "Nos enseñó a pensar"
Su sistema de aprendizaje era innovador. Animaba a los alumnos a reflexionar, algo que contrastaba con la pedagogía de aquella época, que estaba centrada en la memorización. Por eso "los cubanos se refieren a Varela como ‘el que nos enseñó a pensar’", recalca la biografía de la RAH. Ahí mismo se apunta que sus estudios filosóficos eran antiescolásticos y moralistas, siguiendo las indicaciones de su obispo Díaz Espada.
En su labor como docente, el padre Varela formó a jóvenes que llegarían a destacar en la vida pública cubana: José Antonio Saco, Domingo del Monte, José de la Luz y Caballero.
Por aquellos años también fundó la primera Sociedad Filarmónica de La Habana, formó parte y trabajó para la Sociedad Económica de Amigos del País, y escribió obras de teatro y filosofía.
En 1817 ingresa en la Sociedad Patriótica de la Habana con el discurso Influencia de la ideología en la marcha de la sociedad. Al año siguiente publica Lecciones de Filosofía, de las que se harían cinco ediciones, algunas de ellas en Nueva York y Filadelfia.
Comienzos en la vida política
En 1820, en España comenzó a gobernar el coronel Riego en España. Varela asumió la cátedra de Economía Política y dejó la de Filosofía, que había ocupado durante nueve años. Al poco obtuvo por oposición la cátedra de Derecho Constitucional. La planteó como plataforma para la enseñanza y difusión del constitucionalismo en Cuba, coincidiendo con el Trienio Liberal.
Fue muy breve este cargo porque en 1821 sería elegido diputado para las Cortes españolas, y le sustituyó su discípulo José Antonio Saco.
"Primer campeón de la autonomía colonial"
En España su presencia comenzó a notarse. Presentó un proyecto de Instrucción para el gobierno económico-político de las provincias de Ultramar. Él y los demás diputados cubanos pedían -con moderación- la autonomía, aunque limitada, en el marco constitucional.
Siguiendo la ley, pidió en el Congreso de los Diputados la creación de una Diputación Provincial para Cuba, que no atacaba los derechos de la soberanía de la metrópoli pero facilitaba el que la propia Cuba dispusiera de mayor poder de autogobierno en asuntos de la isla. "Por esta razón -puntualiza la biografía de la Real Academia de la Historia- es considerado por algunos como el primer campeón de la autonomía colonial de Cuba".
Pidió la abolición de la esclavitud
Varela, siguiendo sus profundas convicciones, defendía la ética del bien común y presentó también un proyecto de abolición de la esclavitud y propuso el reconocimiento de la independencia de las naciones americanas.
En 1823 la trayectoria de Varela sufrió un importante revés. Había votado en Sevilla a favor de la incapacidad del rey Fernando VII y por ello fue castigado: fue proscrito y tuvo que refugiarse en Estados Unidos.
Un sacerdote que acogía a todos
Fue a vivir a Nueva York, donde se empleó a fondo en su labor como sacerdote. A su parroquia acudían personas de muy diversa procedencia, raza y clase social, lo cual resultaba un acto de audacia.
No abandonó del todo la política: publicó el periódico El Habanero (en Filadelfia y Nueva York, 1824-1825) y en sus páginas se mostraba ya abiertamente partidario de la independencia de Cuba. Así, la Real Academia de la Historia le considera "el primer separatista ideológico" de Cuba.
A partir de 1825, su labor se centra en el ministerio sacerdotal con algunas excepciones, como la traducción del Manual de la práctica parlamentaria de Jefferson y de Elementos de química aplicada a la agricultura de Davy.
De 1835 a 1838 publicó las Cartas a Elpidio, sobre la impiedad, la superstición y el fanatismo.
En 1839 fue elegido vicario efectivo de Nueva York. Su prestigio le hizo ganar autoridad y aprecio entre la comunidad católica de Estados Unidos hasta el punto de que se planteó que tal vez pudiera ser nombrado obispo. En este punto, el Gobierno de España hizo gestiones para que no llegara al cargo.
Publicó un periódico católico en inglés
Para Varela, esto no fue obstáculo para continuar su labor pastoral. De hecho, se esmeró en su tarea apologética y publicó un periódico católico en inglés para defender la fe.
Su salud se fue debilitando. Se sintió agotado a causa del trabajo y, al encontrarse enfermo, decidió retirarse a San Agustín de Florida (ya independiente de España desde 1821), buscando un clima más suave. Allí falleció el 18 de febrero de 1853. Tres días más tarde nacería José Martí.
Fama de santidad
La fama de santidad de Félix Varela se había extendido ya por los países que le conocían. Al conocer la noticia de su fallecimiento, uno de sus discípulos en Cuba viajó a Florida (Estados Unidos) para recoger sus cenizas y llevárselas. Pero los irlandeses y demás católicos de la zona no lo permitieron: no querían dejarse arrebatar "ni un solo cabello" de aquel sacerdote que había dejado tanta impronta.
Sus restos descansan hoy en el Aula Magna de la Universidad de La Habana y es considerado "padre de la patria" en Cuba.
Orden Félix Varela
En el año 1981 el gobierno de la República de Cuba creó la Orden Félix Varela, la distinción más alta otorgada a cubanos y extranjeros, además de colectivos culturales en reconocimiento a aportes extraordinarios realizados a favor la cultura.
Venerable
El 14 de marzo del 2012, el papa Benedicto XVI firmó el decreto, por medio de la Congregación para las Causas de los Santos, que declara al Siervo de Dios Félix Varela como Venerable, paso previo a ser proclamado beato y posteriormente santo.
En la homilía, Benedicto XVI definió al Padre Félix Varela como un ejemplo preclaro de cómo un hombre de fe puede contribuir a la construcción de una sociedad más justa.