El domingo 3 de octubre de 1847, un día después de un terremoto que había destruido casi todo el pueblo de Ocotlán (en el occidente de México), apareció entre las nubes la figura perfecta de Jesucristo crucificado.
Desde entonces, este acontecimiento que duró cerca de media hora y que fue atestiguado por cerca de dos mil vecinos del pueblo de Ocotlán y rancherías cercanas se le conoce como "el prodigio de Ocotlán".
Durante la Consagración
El temblor había dejado una estela de muerte en Ocotlán. Solo la capilla de La Purísima y el casco de la hacienda de la familia Castellanos habían quedado en pie. El pueblo acudió en masa a pedir la misericordia de Dios.
La Misa dominical la celebraba el padre Julián Navarro en un altar improvisado, a la sombra de un naranjo anexo al camposanto de la capilla, junto al atrio. En el momento de la Consagración se produjo "el prodigio".
Como la gente, asustada por el temblor y por sus réplicas, habiendo perdido sus viviendas y sepultado a cuarenta vecinos, pedía misericordia a la figura perfecta de Cristo crucificado, se construyó en ese lugar el templo dedicado al Señor de la Misericordia.
Un templo en momentos difíciles
La construcción del templo ocurrió inmediatamente después del "prodigio de Ocotlán". Cabe señalar que en la fecha en que se produjo la aparición de Jesucristo crucificado, México pasaba un momento difícil con la intervención del ejército de Estados Unidos.
De hecho, apenas tres semanas antes del "prodigio", el ejército comandado por el general Scott había vencido al ejército mexicano del general Santa Ana en la batalla de Chapultepec.
Al mismo tiempo que se producía la aparición de Jesucristo en el poblado de Ocotlán (profundamente católico), la bandera del país vecino ondeaba en el Palacio Nacional de Ciudad de México.
Dedicación al Señor de la Misericordia
La construcción del templo (actualmente templo parroquial y santuario) tomó 25 años. El 29 de septiembre de 1870 fue dedicado y consagrado, en ceremonia solemnisima, a Jesucristo, Señor de la Misericordia.
En esos 25 años el país había sufrido la intervención de Estados Unidos, la intervención de Francia; la guerra civil de Reforma, el imperio de Maximiliano de Habsburgo, su derrota y la pobreza extrema.
En el jardín de la capilla de la Purísima en el que anteriormente se ubicaba el camposanto, se erigió, ya en el siglo XX, un monumento al Señor de la Misericordia; paso obligado de millares de peregrinos que van al Santuario, de rodillas, a besar el piso de mármol del presbiterio.
Reconocimiento oficial
Entre los fieles católicos que presenciaron el acontecimiento se encontraba el alcalde de Ocotlán, Antonio Jiménez, quien envió una carta al Gobierno de Jalisco sobre lo sucedido. Luego se elaboraron dos expedientes (1847 y 1897) con testimonios presenciales.
El 29 de septiembre de 1911, el entonces arzobispo de Guadalajara José de Jesús Ortiz y Rodríguez. firmó el documento que avaló la aparición de Jesucristo en Ocotlán y el culto y veneración que realizan los fieles al Señor de la Misericordia.
"Debemos reconocer como hecho histórico, perfectamente comprobado, la aparición de la bendita imagen de Jesucristo Crucificado (…) y que no pudo ser obra de alucinación o de fraude, puesto que se verificó en plena luz del día, a la vista de más de dos mil personas", expresó el arzobispo.
Fiestas y peregrinaciones
Aprovechando el aval, monseñor Ortiz y Rodríguez pidió a los fieles "congregarse (…) purificadas sus conciencias con los santos sacramentos de la Penitencia y Sagrada Comunión; y jurar solemnemente en la presencia de Dios, por sí y sus descendientes, que año por año celebrarán el aniversario del 3 de octubre".
Desde 1912, hasta la fecha, se celebran las fiestas del Señor de la Misericordia en Ocotlán; fiestas que van del 20 de septiembre al 3 de octubre y en las que se recuerda el "prodigio" y se pide la misericordia divina por parte de miles de peregrinos.