Este domingo 25 de septiembre, los cubanos van a un referéndum para decir «Sí» o «No» al nuevo «Código de las Familias». Se trata de un Código que ha llevado tras de sí un largo proceso para elaborarlo. De hecho se sometió a una consulta popular entre febrero y abril de este año en la que participaron 6,5 millones de cubanos, según el Gobierno.
La Asamblea Nacional del Poder Popular ya lo ha elevado al rango de ley, pero, supuestamente, será el pueblo quien decida si se establece o Cuba sigue rigiéndose por el Código elaborado en tiempos de Fidel Castro, en 1975. Si triunfa el «Sí», cuestión más que previsible, el Código entrará en vigor el lunes 26 de septiembre.
Si bien el nuevo Código tiene elementos positivos como la atención a las situaciones de violencia intrafamiliar o el cuidado de los ancianos y discapacitados, por el otro lado introduce la ideología de género en muchos de sus postulados, según lo han expresado los obispos cubanos en un comunicado.
Aunque la sociedad cubana, especialmente los católicos, han expresado su insatisfacción ante propuestas como el matrimonio homosexual o la adopción de menores por parejas del mismo sexo, la «gestación solidaria» o el que menores de edad puedan someterse a intervenciones clínicas o quirúrgicas sin el consentimiento paterno, el Código no varió un ápice de cuando fue presentado a la población.
La propaganda oficial ha sido –como sucede desde hace décadas en Cuba—de un solo sentido. El llamado autoritario a que la gente refrende el nuevo Código. No ha habido información sobre el qué y el cómo del referéndum, por lo que el voto popular carecería de sustento.
La pregunta que estará en la boleta y que deberán contestar los cubanos que asistan a las urnas es:«¿Está usted de acuerdo con el Código de las Familias?». Y hay una posible respuesta: marcar el «Sí» o el «No». Este referéndum es apenas el tercero que se realiza en la historia reciente del país tras los que ratificaron las constituciones de 1976 y 2019.
No es el momento de darle lo que quiere al Gobierno
Para el escritor cubano Xavier Carbonell, «el Código es una pantomima cuya intención todavía no está clara. Si Cuba lo aprueba, genuinamente, el Gobierno lo presentará como una victoria del socialismo. Si no se acepta, buscará otros mecanismos para lograr, por separado, lo que el Código pretendía avalar como un todo».
Carbonell, quien vive exiliado en Salamanca (España) apunta, en entrevista con Aleteia, que el dilema que se le ha presentado al cubano es el siguiente: ¿votaré por un Código que ofrece algunos derechos en lo familiar, cuando el resto de los ámbitos del país es opresivo y carece de libertades?
«¿Dar mi aprobación al Código no significa darla por extensión al mismo Gobierno que encarcela y golpea a manifestantes pacíficos? ¿No debo aprovechar esta oportunidad para "castigar" al Gobierno, que ahora pretende validar una serie de derechos que siempre debimos tener?».
La opinión de Carbonell, como ciudadano, es el no refrendar el nuevo Código de las Familias puesto que, «no es el momento de ofrecer al Gobierno lo que quiere. Son las mismas personas que formularon un Código Penal para endurecer las sanciones a los manifestantes y aniquilar el periodismo independiente».
Y termina diciendo Carbonell, quien antes de abandonar Cuba había dirigido la asociación católica SIGNIS: «Aunque, al fin y al cabo, mi opinión no importa: el Gobierno no permite que los ciudadanos emigrados ofrezcan su voto». Y conforme a lo que se ha visto de propaganda apabullante a favor del «Sí» en Cuba, igual tampoco importa el voto opositor de los que viven ahí.
La contradicción en resumen
Otro exiliado, el cantante Yotuel Romero, coautor de la canción «Patria y Vida» que se ha convertido en el himno de la disidencia cubana, resumió el sentir de miles de cubanos que están fuera de su país sobre el referéndum:
«Si no puedes elegir tu presidente, ¿cómo exponer a tus hijos a un Código de las Familias que eligió alguien por el cual tú no votaste? Si están llevando a votación el Código de las Familias, ¿por qué no llevar a votación elecciones libres pluripartidistas?».