“No justifiquemos nunca la violencia. No permitamos que lo sagrado sea instrumentalizado por lo que es profano. ¡Que lo sagrado no sea apoyo del poder y el poder no se apoye en la sacralidad!”
El papa Francisco lo dijo en su discurso ante el 7º Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales en Nur-Sultan, Kazajistán, este miércoles 14 de septiembre de 2022.
"Conscientes de los horrores y errores del pasado, unamos nuestros esfuerzos para que nunca más el Todopoderoso sea rehén de la voluntad del poder humano", añadió.
El Obispo de Roma se presentó como un líder espiritual que llama a los líderes religiosos y civiles mundiales a detener la Tercera Guerra Mundial ya no "en pedazos".
En su segundo día en Kazajistán, el urgente llamamiento para que las religiones y sus fieles se “purifiquen” del mal de sentirse justos y no tener nada que aprender de los demás.
Apenas anoche, el Papa habló de la trágica guerra resultante de la invasión de Ucrania e imploró la paz en su primer discurso a las autoridades civiles de Kazajistán reunidas en la Sala de Conciertos de Kazakh en Nur-Sultan.
“La libertad religiosa constituye la mejor base para la convivencia civil”, anotó el Pontífice en su discurso en presencia del presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev.
Francisco sigue los pasos de su predecesor, Juan Pablo II, que vino a Kazajistán a sembrar esperanza después de los trágicos atentados de 2001.
“Vengo aquí en medio de la loca y trágica guerra resultante de la invasión de Ucrania, mientras otros enfrentamientos y amenazas de conflicto amenazan nuestra época”.
“Necesitamos comprensión, paciencia y diálogo con todos”, afirmó el Papa. “La libertad religiosa es el mejor lecho para la convivencia civil”.
El Papa se dirigió sobre todo a los líderes de las naciones y les recordó los Acuerdos de Helsinki de 1975, firmados por treinta y cinco Estados, entre ellos Estados Unidos, la URSS y casi todos los países de Europa.
En esta línea, el pasado habla a la confrontación del presente, pues en dichos acuerdos se marca el respeto a los derechos de soberanía, el no recurso al uso de la fuerza, la solución pacífica de las controversias, la inviolabilidad de las fronteras, el respeto a los derechos humanos y las libertades, incluidas las religiosas.
El decálogo del Papa para que las religiones puedan “irradiar la luz” en medio del caos
A continuación, el decálogo del Papa para que las religiones puedan salvar el mundo de la guerra total, de los efectos de la pandemia, construyan paz y trabajen juntas por el cuidado de la Casa Común y “en los tiempos oscuros que vivimos”, las religiones puedan “irradiar la luz de nuestro Creador”, dijo.
El Papa enseña con el ejemplo la apertura a la cultura y la fe de otras religiones. En efecto, el Papa se ha inspirado para su discurso en Abai (1845-1904) poeta, compositor, educador e intelectual kazajo con un sentido profundo de religiosidad y de espiritualidad.
1Itinerario de sanación: no al odio
Mientras sigan haciendo estragos la desigualdad y las injusticias, no cesarán virus peores que el Covid: los del odio, la violencia y el terrorismo.
El Papa lamenta que “es precisamente la indigencia la que permite la propagación de epidemias y otros grandes males que prosperan en el terreno de la penuria y la desigualdad. El mayor factor de riesgo de nuestro tiempo sigue siendo la pobreza”.
2Dios no es rehén de la voluntad y el poder humano
Los creyentes no pueden ayudar a destruir la vida y la obra del Omnipotente que es amor. Por eso, exhortó por un diálogo respetuoso y responsable y un compromiso por la paz.
Recordando los horrores y los errores del pasado, unamos los esfuerzos, para que nunca más el Omnipotente se vuelva rehén de la voluntad de poder humano.
3Purifiquémonos de la presunción de sentirnos justos
Hermanos y hermanas, purifiquémonos de la presunción de sentirnos justos y de no tener nada que aprender de los demás; liberémonos de esas concepciones reductivas y ruinosas que ofenden el nombre de Dios por medio de la rigidez, los extremismos y los fundamentalismos, y lo profanan mediante el odio, el fanatismo y el terrorismo, desfigurando también la imagen del hombre.
Purifiquémonos, pues, de la presunción de sentirnos justos y de no tener nada que aprender de los demás", exhortó Francisco; "Dios es paz y siempre conduce a la paz, nunca a la guerra.
4No justifiquemos nunca la violencia
No justifiquemos nunca la violencia. No permitamos que lo sagrado sea instrumentalizado por lo que es profano. ¡Que lo sagrado no sea apoyo del poder y el poder no se apoye en la sacralidad!
5Dios es paz y conduce siempre a la paz, nunca a la guerra
Dios es paz y conduce siempre a la paz, nunca a la guerra.
Comprometámonos, invitó el Papa, aún más, a promover y reforzar la necesidad de que los conflictos no se resuelvan por el uso inconcluso de la fuerza, las armas y las amenazas, sino por el único medio bendecido por el Cielo y digno del hombre: el encuentro, el diálogo, la negociación paciente.
6La paz, compromiso educativo constante
La paz no sea el frágil resultado de negociaciones escabrosas, sino el fruto de un compromiso educativo constante, que promueva sus sueños de desarrollo y de futuro.
El Pontífice ha rogado a los líderes religiosos y mundiales no gastar dinero en la carrera armamentista; invertir en las personas y “no en los armamentos, sino en la instrucción”.
7El camino de la compasión: enseñar a llorar por los demás
El camino de la compasión es el que nos hace más humanos y más creyentes.
La compasión como camino que lleva a la dignidad de la persona humana. “Depende de nosotros, además de afirmar la dignidad inviolable de todo hombre, enseñar a llorar por los demás, porque sólo seremos verdaderamente humanos si percibimos como nuestras las fatigas de la humanidad”.
8Nos interpela un último desafío global: el cuidado de la casa común
Frente a los cambios climáticos es necesario proteger (la Casa Común), para que no sea sometida a las lógicas de las ganancias.
Francisco explicó que la Casa Común necesita de un frente común de las religiones para salvar la vida y enfrentar los cambios climáticos.
9El Altísimo ha dispuesto con cuidado amoroso una casa común para la vida
Pensemos por ejemplo en la deforestación, en el comercio ilegal de animales vivos, en los criaderos intensivos.
Francisco insiste que las religiones pueden salvar de la “mentalidad de la explotación” que devasta la casa que habitamos. “No sólo eso; lleva a eclipsar esa visión respetuosa y religiosa del mundo querida por el Creador. Por eso es imprescindible favorecer y promover el cuidado de la vida en todas sus formas”.
10“Artesanos de comunión”
No busquemos falsos sincretismos conciliadores —no sirven—...
El Papa usa un lenguaje directo para pedir trabajar en la diversidad, pero consecuente con el bien común, y para ser “artesanos de comunión”. “No busquemos falsos sincretismos conciliadores —no sirven—, sino más bien conservemos nuestras identidades abiertas a la valentía de la alteridad, al encuentro fraterno”.