La violencia en México se ha vuelto una cosa cotidiana, algo así como una competencia a ver qué día trae un suceso más doloroso, más arbitrario, más triste de aceptar.
En Sinaloa, al noroeste de México – cuna de uno de los cárteles de la droga más sanguinarios del país – fue secuestrada y luego asesinada la señora Rosario Lilian Rodríguez. Ella era miembro de un colectivo llamado "Corazones sin justicia".
Es uno de los tantos colectivos de madres de familia que buscan a sus hijos desaparecidos. Las llaman "las rastreadoras". Con sus propios medios, muchas veces – como en el caso de Rosario Lilian – amenazadas por los asesinos para que no sigan buscando.
En esta ocasión, las amenazas se cumplieron. Rosario Lilian había acudido a una Misa por su hijo, Fernando Abixahy Ramírez Rodríguez; quien desapareció el 16 de octubre de 2019 cuando fue privado de la libertad por hombres armados.
El colectivo "Hasta Encontrarles" dijo que Rosario Lilian fue secuestrada a las 9:10 de la noche del martes (30 de agosto) cuando recién salía de la Misa que hizo en honor a su hijo desaparecido. Una camioneta con hombres armados la detuvo y al día siguiente apareció asesinada.
"Cuando uno de sus hijos se enteró que su madre había desaparecido este martes llamó al 911, fue en vano, lo tuvieron en la línea por minutos sin enviar una sola patrulla. Nadie buscó a Rosario Lilián y este 31 de agosto, un día después de su desaparición, se le encontró asesinada", lamentó en un comunicado el colectivo.
El "delito" de querer encontrar a sus seres queridos
Paradójicamente, el crimen se cometió el día en que se conmemora a las Víctimas de Desaparición Forzada en el mundo. En México, hay, según cifras oficiales, 105.154 personas desaparecidas y no localizadas, de las cuales, 5.646 desaparecieron en Sinaloa.
"Las rastreadoras", madres y hermanas que pertenecen a diferentes colectivos exigieron justicia en las calles de la capital del Estado, Culiacán.
"Yo creo que ninguna madre merece amanecer asesinada por andar buscando a nuestros hijos, no se vale; tenemos rabia, coraje e indignación con las autoridades", manifestó María Isabel Bernal Cruz, líder del colectivo "Sabuesos Guerrera".
Bernal Cruz responsabilizó a las autoridades locales y federales porque las madres tienen que seguir buscando por su cuenta; y no reciben la protección que merecen, incluso después de recibir amenazas.
Como nueve de cada diez crímenes que se cometen en México, el de una madre que salía de Misa para encomendar a Dios el alma de su hijo desaparecido hacía tres años, quedará impune.
Y "las rastreadoras" seguirán siendo amenazadas y doblemente ultrajadas por los criminales; por el único "delito" de buscar, con uñas y dientes, los restos de sus hijos en alguna fosa clandestina.