Hay algo muy edificante cuando te encuentras con artistas callejeros dándolo todo. Este fue el caso de los espectadores cuando dos pianistas, de países distintos, demostraron que la música es realmente para todos.
En Rusia, Eleonora Arkadevya Breslav, de Kazán, dominó la Rapsodia húngara n .° 2 de Franz Liszt en un piano que distaba mucho de los afinados que tocaba en el Teatro Bolshoi, donde trabajó como acompañante hace muchos años.
Su actuación fue capturada por YouTuber Life Goes On In Iran durante la Copa Mundial de la FIFA 2018 e impresionó a todos los que la escucharon. Como señaló la persona que la filmó: “Me encanta su sonrisa al final del video”, que resume bastante bien la alegría de compartir un talento.
Un año después, en un aeropuerto italiano, los pasajeros pudieron escuchar el impresionante vals en la menor de Chopin, interpretado por Martina Meola, de 6 años, quien en ese momento era llamada un prodigio.
Ese año, esta niña de 9 años actuó en Romania's Got Talent y recibió el Golden Buzzer que la catapultó a la ronda final por tocar el piano con los ojos vendados.
La pequeña también fue aceptada en el Conservatorio de Milán ese año, y la institución renunció a sus restricciones de edad habituales.
Estos dos músicos excepcionales demuestran que los talentos que Dios nos ha dado pueden durar toda la vida y pueden brindar una sensación de alegría a quienes se benefician de ellos.