La policía orteguista emitió este viernes 19 de agosto un comunicado tras conocerse la noticia del secuestro de Álvarez en el que afirma que Álvarez permanece en «resguardo domiciliar» en Managua y que ha podido reunirse con familiares, mientras que el resto de los colaboradores fueron llevados a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocido como el nuevo Chipote.
El comunicado también indica que Álvarez ha podido ver al cardenal Leopoldo Brenes, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
Quien también se pronunció en el mediodía de este viernes 19 de agosto fue la propia Arquidiócesis de Managua a través de un comunicado.
«El señor arzobispo cardenal Leopoldo Brenes, tuvo la oportunidad de visitar y conversar con monseñor Álvarez en su residencia familiar, patentizando su estima fraterna en nombre de nuestra iglesia nicaragüense. Si bien su condición física está desmejorada, su ánimo y espíritu están fuertes. Monseñor Álvarez le ha manifestado su confianza en la oración de todos ante esta difícil situación que vivimos en comunión eclesial», expresa el mensaje de la Arquidiócesis de Managua.
El ingreso a la curia episcopal en la madrugada
Más temprano, la diócesis de Matagalpa informó a través de un breve mensaje en redes sociales lo siguiente: «En estos momentos la Policía Nacional ha ingresado a la Curia Episcopal de nuestra diócesis».
Medios como La Prensa de Nicaragua publicaron que «extraoficialmente» se conoció que tanto Álvarez como los ocho colaboradores con los que permanecía en la curia episcopal «fueron sacados por agentes sin conocerse hasta el momento sobre su paradero».
Sin embargo, otros medios como El Confidencial dieron cuenta que la policía dejó en la sede de la curia episcopal a Óscar Escoto, párroco de la iglesia Santa María de Guadalupe. La propia policía confirmó en el comunicado que quedó sin restricción policial o de movilidad.
También que fuentes religiosas confirmaron que Álvarez fue llevado en un vehículo, separado del resto en medio de un operativo liderado por el jefe policial de Matagalpa, Sergio Gutiérrez, además del comisionado general Ramón Avellán, subdirector de la policía.
Posteriormente, el periodista Carlos Chamorro expresó en redes sociales:
Por otra parte, en las últimas horas también trascendió que el régimen de Daniel Ortega deportó al corista Henry Corvera a El Salvador, quien junto al camarógrafo Flavio Castro había salido de la curia episcopal el martes. Días antes, el 8 de agosto, otra de las coristas, Sujin Membreño, también salió luego de negociaciones entre su familia y el régimen, tal cual se informó.
Indignación, condena y oración
Las reacciones no se hicieron esperar, entre ellas la del propio sacerdote actualmente en el exilio en Miami, párroco de la iglesia San Miguel, víctima de asedio desde 2018, Edwin Román, quien expresó lo siguiente:
También el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, quien desde el exilio en Miami señaló:
Desde la diócesis de Matagalpa se insistió en la oración:
«A Jesús Nazareno encomendamos a nuestro Pastor Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, a los sacerdotes y laicos que junto a él han permanecido, recordando en este viernes que la fuerza y el poder del cristiano está en la oración. Oremos sin cansarnos».
El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) también hizo referencia a lo sucedido con Álvarez e indicó lo siguiente a través de Twitter: «Alertamos a la comunidad internacional y nos sumamos a la cadena de oración».
16 días retenido
Este 19 de agosto se cumplían 16 días de encierro de Álvarez junto a sus colaboradores en la sede de la curia episcopal, situación que había comenzado el pasado 4 de agosto luego de unas de las imágenes más impactantes de los últimos tiempos cuando se vio al obispo enfrentarse a la policía orteguista con el santísimo en manos.
Durante el tiempo en la curia episcopal, tanto Álvarez como los suyos se dedicaron a la oración y hasta a la celebración de la misa transmitida a través de las redes sociales. Su primera aparición tras ser retenido fue el 11 de agosto, momento en el que reflexionó sobre el perdón y la esperanza durante la homilía.
Álvarez también apareció durante la misa por la solemnidad de la Asunción de la Virgen María, mientras que la última vez que se lo vio fue este 18 de agosto, también con trasmisiones de la misa y el rosario, junto a sus colaboradores.
Su último mensaje en redes sociales, antes de que se anunciara que había sido llevado por la policía orteguista, fue el siguiente: «Preocupémonos por llevar el traje de fiesta en el Reino de Dios».
Lo sucedido con Álvarez, caso cuyo desenlace aún está en desarrollo, forma parte de la larga lista de acciones del régimen de Daniel Ortega contra la Iglesia de Nicaragua que se han dado de manera especial desde 2018, pero que se han acentuado en las últimas semanas a través del asedio a sacerdotes, entre ellos Uriel Vallejos y Óscar Benavidez (piden 90 días de prisión para investigarlo).
Pero también lo sucedido antes con la expulsión de las Misioneras de la Caridad y el cierre de varias emisoras católicas. Lo propio con otra de las imágenes que han generado consternación: fieles comulgando detrás de una reja luego de que la policía les impidiera el ingreso al templo.