Las 00:00 en San Cayetano son un acontecimiento único en el camino de la Iglesia en Buenos Aires. Y tras las inesperadas suspensiones que obligaron a seguir la fiesta por internet en las ediciones 2020 y 2021 la hora cero volvió a emocionar.
Acompañados por una orquesta policial, los devotos del patrono del pan y del trabajo ingresaron al templo. Lo hicieron flanqueados por voluntarios y sacerdotes que aplaudían, abrazaban, alentaban, agradecían, y también acariciaban el rostro emocionado de los devotos por cumplir con su promesa.
Habían logrado en base a mate cocido, te, guisos callejeros, y dormir o descansar pese a la avanzada edad en reposeras de playa, cumplir su objetivo. Algunos con sus sillas a cuesta, con niños. Otros con imágenes del santo en menor o mayor escala, todos con profunda emoción ingresaron a buscar con la vista, la oración, el corazón, al santo de su devoción.
En el camino a la milagrosa imagen de San Cayetano el beso a los pies de la Virgen de Luján no se deja de lado. Y el gesto del devoto es todo un símbolo, porque pese a que Argentina ni existía como tal cuando este santo nacía y moría en Italia, y por esos años América recibía por vez primera el anuncio del Evangelio, es un ícono de la religiosidad popular del país.
Una devoción que fue creciendo
Luján y Liniers son unidas anualmente por millones de peregrinos. En Buenos Aires, trazan la ruta de la Fe. Patrono del Pan y del Trabajo, durante todo el siglo XX, particularmente desde la crisis del 29, la devoción de San Cayetano fue creciendo en Buenos Aires y toda la Argentina.
La imagen ya había sido traída a Buenos Aires por la beata Mama Antula. Aquí una incansable curadora de almas que creía en la providencia de este santo italiano que llevaba al niño en brazos, retrato que evoca la experiencia mística que tuvo ante la santa cuna en la basílica romana de Santa María la Maggiore. Sus hijas espirituales hicieron crecer la devoción con su obra apostólica, y la devoción del santo fue creciendo, particularmente en el barrio del actual Liniers.
Además del niño en brazos, en la Argentina, Cayetano es presentado con espigas. Ya en la década del 30 el padre Domingo Falgioni, entonces párroco del templo que había sido elevado a parroquia en 1913, invocaba al santo con la espiga, símbolo del pan por el que se pedía.
Los chacareros también se encomendaban a este santo de la providencia para combatir la sequía, y se sentían escuchados. Así, en esos tiempos de crisis, la espiga se unió a la imagen y hoy en la Argentina son una unidad inmensamente respetada. Vendedores ambulantes por doquier ofrecen su estampa con la espiga.
Más que Pan y Trabajo
Las intenciones a lo largo de estos años han sido de todo tipo. No es solo pan, o trabajo. Durante la década del 80, en los finales del gobierno militar, San Cayetano fue para muchos un símbolo de paz. Incluso lo fue de libertad en el camino de recuperación de la vida democrática.
Hoy, entre los devotos coexisten las intenciones del fuero más íntimo y personal con las del país. Desde devotos que piden por las compañías de sus hijos, por la salud, por el matrimonio, por encontrar un hogar. Y desde ya, por la patria. No en vano antes de ingresar a las 0:00, luego de horas de canto para combatir el frío, con la ayuda de guisos y mate caliente, sonó el himno nacional argentino. San Cayetano vio pasar muchas crisis argentinas.
En un mensaje titulado Paz, Pan y Trabajo, la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina pidió al iniciar la novena por estos bienes que, como aclaran, incluyen muchos otros bienes.
«Pedimos también el pan de la fraternidad, porque el pan no se come en soledad, se comparte en la mesa de familia, en comunidad. ¡Cuánto necesitamos este pan en una sociedad agrietada y enfrentada donde no acabamos de entender que “nadie se salva solo” y parece imposible generar proyectos comunes, donde la verdadera brecha se agiganta cada vez más en relación a los últimos, a los que padecen la pobreza y peor aún la indigencia!», expresaron.
El pan de las ideas
Y continuaron «¡Cuánto bien nos haría dialogar y compartir el pan de las ideas y de las prácticas que construyan una fraternidad política, para pensar prioritariamente en quienes más sufren esta crisis y para buscar soluciones honestas y realistas que prescindan del uso clientelar de la necesidad de la gente! Se necesita más que nunca en los políticos un ejercicio de la responsabilidad que vaya más allá de los propios intereses».
Entre los devotos que durante la novena y la jornada de pasaron por el Santuario de Liniers no solo hubo obispos, que en muchos casos presidieron misas durante la jornada. También se vio, en silencio y con discreción a distintas figuras políticas. Cada San Cayetano renueva la esperanza.
Manifestación
Como viene ocurriendo desde 2016, reeditando una idea surgida durante el final de la dictadura militar, manifestantes sociales se desplazaron. Lo hicieron desde las cercanías de la Iglesia hasta la 9 de Julio.
Pese a la devoción que seguramente tengan varios de los manifestantes, y que la consigna «Para que haya paz social es imprescindible el trabajo digno» se condice con lo expresado por los organizadores y las intenciones de los organizadores de la fiesta en el santuario, está claro que la movilización no es organizada por la Iglesia.