La sonrisa de las Hermanas Dominicas del Monasterio de la Encarnación de Alcalá la Real, no desaparece a pesar de la angustia de contemplar impotentemente cómo su casa se hunde sin poder hacer nada.
Aquí en este vídeo lo cuentan ellas mismas:
Cuando todo parecía acabado
Hace quince años, las religiosas estaban pensando en cerrar el Monasterio, que se encuentra a una hora en coche de Jaén.
Como se puede ver en los emblemas de la Orden de Santo Domingo de Guzmán, que presenta la fachada del Monasterio, fue fundado en 1588. Las Madres Dominicas lo ocupan desde 1602. Cuatrocientos años de historia en oración que llegaban a un punto final.
Sin nuevas religiosas que garantizaran el futuro, las obras para el mantenimiento del monasterio fueron postergándose. No había dinero, no había mano de obra… Todo parecía acabado.
La sorpresa
Pero Dios escribe recto en renglones torcidos. La madre Carmen, superiora del Monasterio, cuenta que hace catorce años comenzaron a llegar chicas jóvenes, procedentes de Madagascar, con el deseo de consagrar su vida a Dios en esa comunidad, en oración y trabajo.
«En este momento, nuestra comunidad se compone de catorce hermanas, trece de votos solemnes, y una de votos temporales. Hemos pasado momentos muy difíciles. Por eso, nuestra comunidad pensaba que íbamos a cerrar y por eso dejó de hacer obras necesarias para el mantenimiento de esta casa», explica la superiora.
Las nuevas vocaciones son «un tesoro para nuestra casa y para nuestro pueblo», reconoce. «El Señor nos dio esta bendición para que siguiéramos en Alcalá la Real, para alabarle y bendecirle».
El Monasterio se hunde
Ahora la comunidad tiene un desafío imponente: ¿cómo afrontar los gastos de reestructuración de un edificio centenario, auténtico patrimonio del Renacimiento, con techos y paredes que podrían hundirse?
Por este motivo, a través de la Fundación DeClausura, las Dominicas se han visto obligadas a lanzar un llamamiento a la ayuda.
En un vídeo, que acaba de distribuir la Fundación DeClausura, institución dedicada al apoyo de religiosas y religiosos contemplativos, la comunidad dominica muestra el estado verdaderamente preocupante de sus instalaciones.
Las hermanas presentan a la cámara la humedad, que ha penetrado en los centenarios muros del Monasterio, poniendo en peligro estancias. Incluso las tuberías están hundiéndose.
Necesitan nuestra ayuda
Con sencillez, la madre Carmen exhorta: «un granito de vuestra ayuda nos puede permitir restaurar nuestra casa: el lugar donde oramos y alabamos diariamente al Señor».
«Gracias de corazón, rezamos mucho por ti, por vosotros», añaden al unísono, a modo de colofón del vídeo, las catorce monjas, entre las que se pueden apreciar numerosos rostros malgaches, caracterizados por una radiante sonrisa.
Por su parte, la Fundación DeClausura alienta: «ahora que su casa está llena de vida y alegría, escúchalas».
Es posible ayudar a las Hermanas Dominicas del Monasterio de la Encarnación de Alcalá la Real, escribiendo esta intención en la casilla de comentarios, a través de este enlace que ha puesto a disposición la Fundación DeClausura: https://declausura.org/donativos