Milagros Paredes es una de las delegadas que asiste a la II Asamblea Nacional de Pastoral que se realiza en Caracas, Venezuela del 8 al 10 de julio. Ella esperaba con ansias dar a conocer su testimonio de escucha en la vida parroquial de su comunidad de Santo Domingo de Guzmán. Primero se fortaleció a la luz de las palabras del papa Francisco.
En efecto, con ocasión de esta asamblea que se realiza bajo el lema «Una parroquia en salida misionera para los nuevos tiempos», el Papa Francisco envió un afectuoso saludo a los organizadores y delegados que participan en la actividad.
Monseñor Ignazio Ceffalia, encargado de negocios de la Nunciatura llevó el mensaje en nombre del Papa, quien animó a «esforzarse para que cada parroquia, con el impulso del Espíritu Santo, responda con creatividad a los retos del tiempo actual».
De igual manera, motivó a los delegados a aportar «una significativa contribución para que los cristianos aprendan a caminar y trabajar juntos, en comunión, con la conciencia de que la iglesia es sinodal y debe estar siempre en salida».
El Papa pidió que «se sientan involucrados en la misión que el Señor les ha confiado, para llevar adelante, con decisión y júbilo, sus compromisos bautismales, como anunciadores de la alegría del Evangelio y signos tangibles de la misericordia del Padre».
Motivó a manifestar a todos «la belleza de Dios, la seguridad de su compañía y la plenitud de su cercanía», indicó monseñor Cefallia en el aula magna de la Universidad Católica Andrés Bello.
La parroquia es el rostro más cercano de la iglesia
Monseñor Jesús González de Zárate, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, indicó que con la realización de este tipo de asambleas se pretendía «prolongar el espíritu y modo de proceder sinodal que había reinado desde el mismo anuncio de la realización del Concilio Plenario Venezolano» de aquel momento.
«Sin lugar a dudas, la parroquia es el rostro más cercano y concreto de la Iglesia para la mayoría de los católicos de Venezuela», dijo. «Durante estos días profundizaremos en la identidad y misión de la parroquia que soñamos y necesitamos hoy en Venezuela».
«Para que una parroquia sea misionera y esté a la altura de los desafíos de los nuevos tiempos, hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente. Si queremos ser coherentes con nuestra fe, debemos tocar la miseria humana, la carne sufriente de los demás», destacó el presidente de la CEV.
Protagonismo y compromiso de los laicos
Esta segunda asamblea nacional de pastoral reúne unos 300 delegados, y es el resultado de un largo camino emprendido en 1994 que primeramente concretó la idea del Concilio Plenario de Venezuela (CPV). La última asamblea se cumplió en noviembre de 2015.
El documento base que sirvió de preparación a esta asamblea nacional de pastoral resalta el anhelo de que las parroquias en Venezuela estén «sostenidas en el sueño de llegar a todos, los más cercanos y quienes viven en las periferias geográficas y existenciales».
Paredes afirmó que esta acción se ha visto reflejada en su parroquia a través de un proceso que les ha llevado a transformar actitudes y asumir una conversión del corazón, sin embargo, existen obstáculos por derribar.
«Aunque comprendemos lo que implica la sinodalidad, el caminar juntos y construir la Iglesia que soñamos, aún nos falta asumir el lenguaje de Dios en este proceso, discernir para alejar nuestros miedos y prejuicios, que aún evitan cambiar paradigmas», puntualizó.
Paredes también imploró la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto para que como dijo Francisco: «Sostenga con su gracia a la Iglesia que peregrina en Venezuela».
