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La mayoría de nosotros disfrutamos de un cóctel ocasional, una copa de vino o una cerveza. Pero, ¿cuál es el límite ideal para disfrutar del alcohol mientras se bebe de manera responsable?
A primera vista, parece que no hay una respuesta sencilla para los católicos. El Catecismo de dice lo siguiente:
Así que, sabemos que debemos practicar la templanza y no beber hasta un punto que no sea seguro. Pero hay un amplio espectro entre nunca beber una sola gota de alcohol y consumir niveles peligrosos. ¿Cuándo sabremos que es hora de parar?
Una guía útil para beber
Resulta que, el más grande de todos los teólogos, santo Tomás de Aquino, tiene algunas palabras de sabiduría para nosotros acerca de beber responsablemente.
Una vez escribió: "Por lo tanto, beber hasta el punto de la hilaridad en sí mismo no es ilícito".
Esta es realmente una guía muy útil para nosotros. "Hilaridad" aquí significa alegría y diversión alegre. Beber "hasta el punto de la hilaridad" podría significar un ligero zumbido o sentirse un poco "borracho". Este grado de consumo de alcohol puede ser una excelente manera de agregar alegría y calidez a una reunión.
Pero beber más allá del "punto de hilaridad"; es decir, volverse descuidado, o fuera de control, es ya un acto desmedido.
Aplica la regla de santo Tomás
Por supuesto, es válido disfrutar de un vaso de sangría en la comida o reunión con amigos; o de una jarra de cerveza con los compañero de trabajo. Sin embargo, si el consumo de alcohol agrega diversión alegre, tenga cuidado de detenerse en "el punto de la hilaridad". (No hace falta decir que conducir bajo la influencia del alcohol no está bien).
Pedir ayuda cuando sea necesario
Por supuesto, también es importante reconocer si hay un problema con el consumo de alcohol. Algunas personas tienen predisposición a la adicción al alcohol y otras pueden ser alérgicas o más sensibles que los demás.
Puede ser difícil tomar decisiones responsables sobre el alcohol si estás deprimido, ansioso o molesto; incluso el entorno social puede influir. Si alguna de estas es tu situación, no dudes en pedir la ayuda de un familiar, un ser querido y de un profesional.
Si puedes manejarlo con responsabilidad y alguien dice que no es correcto beberlo como cristiano, recuérdales las famosas y encantadoras palabras de Hilaire Belloc:
"Dondequiera que brille el sol católico,
Siempre hay risas y buen vino tinto.
Al menos yo siempre lo he encontrado así.
¡Benedicamus Domino!"