“Nos faltan lágrimas, palabras”, confiesa desde el norte de Kiev el cardenal Konrad Krajewski, capellán apostólico y enviado especial del pontífice en Ucrania, informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede el 15 de abril de 2022.
“Hemos encontrado tantos muertos", explica después de un día en Borodianka, después de haberse detenido varias veces para rezar frente a las tumbas de las víctimas del conflicto y, en particular, frente a una fosa común de 80 personas "enterradas sin apellidos y sin nombre".
Fue a través de un breve mensaje de audio enviado a la Santa Sede que el cardenal polaco informó sobre su Viernes Santo, pasado en las afueras al norte de la capital ucraniana con el Nuncio Apostólico, monseñor Visvaldas Kulbokas.
Con una voz marcada por la emoción, explica: "Gracias a Dios, la fe existe, y estamos en Semana Santa, Viernes Santo, donde podemos unirnos a la persona de Jesús y subir a la Cruz con Él".
El cardenal Krajewski reconoce que este día despertó en él “amargura” y “sufrimiento”. “Después del Viernes Santo… Lo sé, lo sé: habrá Domingo de Resurrección”, dice, esperando que Dios pueda explicar el horror de esta guerra “con su amor”.
Este es el tercer viaje que el polaco realiza a Ucrania desde el inicio del conflicto. Llegó a Kiev el Jueves Santo, 14 de abril, con una ambulancia –la segunda ofrecida por el Papa Francisco–, celebró las grandes fiestas del Triduo Pascual con las comunidades cristianas ucranianas y se reunió con la población.
El cardenal Krajewski ya había viajado a Ucrania como enviado del pontífice en un primer viaje del 7 al 14 de marzo, visitando refugiados y autoridades en Leópolis y Kiev. El 26 de marzo, hizo un segundo viaje para llevar una ambulancia a Leópolis.