El papa Francisco ha confirmado un papel central de los laicos y de las mujeres en la reforma del Vaticano: todos, no sólo cardenales, sacerdotes y religiosos, religiosas, sino también los laicos pueden ser nombrados para funciones de gobierno en la Curia Romana.
"Praedicate Evangelium" (Prediquen el evangelio) es la nueva Constitución Apostólica del papa Francisco que entrará en vigor el 5 de junio, día de Pentecostés.
El Papa ha dejado claro en el documento que "el gobierno en la Iglesia no procede del sacramento del orden, sino de la misión canónica”.
Así, ser bautizado es la base de la igualdad anhelada en la reforma. El documento sustituye el texto "Pastor Bonus" de San Juan Pablo II de 1988.
En este sentido, los laicos tendrá un espacio, y ellos pueden ser elegidos para funciones de gobierno y estar a la altura de la misión demostrando: integridad personal y profesionalidad.
El pontífice exige que "quienes sirvan en la Curia" sean elegidos "entre obispos, sacerdotes, diáconos, miembros de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica y laicos que se distingan por su vida espiritual”.
Entretanto, los laicos también tienen que tener una “buena experiencia pastoral, sobriedad de vida y amor a los pobres, espíritu de comunión y de servicio, competencia en los asuntos encomendados y capacidad de discernimiento de los signos de los tiempos”.
No “cualquier laico”, ni en “cualquier cargo”
Sin embargo, los laicos no podrán ocupar cualquier cargo en la curia, hay instituciones dentro del organigrama u organización que no son adaptas para ellos.
Esto fue lo que aclaró el jesuita Gianfranco Ghirlanda, ex rector de la Universidad Gregoriana y experto en Derecho Canónico durante la presentación de la Constitución este 22 de marzo en la sede de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
“Existen dicasterios donde es bueno tener laicos en las jefaturas, por ejemplo en el Dicasterio Laicos, Familia y Vida, en otros quizás menos”, dijo el también profesor emérito de la Facultad de Derecho Canónico de la PUG y quien ha aconsejado al Papa en la reforma a nivel canónico.
Ghirlanda explicó que la Constitución no cambia el derecho canónico, en especial el canon 129, sobre la potestad de régimen, y que en el § 2 indica que “en el ejercicio de dicha potestad, los fieles laicos pueden cooperar a tenor del derecho.” A lo que el experto indica: “los clérigos deben decidir en asuntos que afectan al clero”. En otras palabras, los dicasterios de obispos, sacerdocio y culto divino podrían ser solo liderados en la curia por ministros ordenados.
Igualmente, el estudioso de derecho canónico ha indicado que “los laicos tienen el mismo poder vicario que las personas consagradas”. Algo que vale para un obispo, un sacerdote, una mujer consagrada o un laico, añadió.
En la nueva Constitución, número 15, se lee que “incluso los laicos pueden llevar a cabo tales asuntos, ejerciendo la potestad ordinaria vicaria de gobierno recibida por el Romano Pontífice con la concesión del oficio”.
"Integridad y profesionalidad”, son las dos palabras claves en el reclutamiento de laicos para pertenecer a la estructura vaticana.
Para los sacerdotes y religiosos con nombramiento, el mandato es de cinco años y sólo puede renovarse una vez. Esto para evitar burocracia y apego desmedido a la silla.