Visitar un monasterio no es visitar un museo. Sus capiteles, su claustro, sus vidrieras… cuentan una historia: la de hombres y mujeres que allí consagran o han consagrado su vida a Dios en la oración y el trabajo.
Pocas visitas pueden tener un impacto tan fuerte para la vida espiritual. Ahora bien, para sentir la irradiación espiritual de un monasterio, incluso desde el punto de vista arquitectónico, es necesario prepararse.
Y quién mejor nos puede ayudar a preparar la visita a un monasterio que Ignacio Sánchez Zárate, arquitecto y fotógrafo profesional, que ha dedicado veinte años de su vida a visitar y estudiar más de ochenta monasterios de la Orden del Císter, surgida en 1098 para vivir fielmente la Regla de San Benito.
Zárate ha creado Cister.org, una página web en la que recoge la belleza de la arquitectura cisterciense a través de sus fotografías.
Muchas de estas imágenes fueron expuestas y explicadas por su autor en el "Octavo encuentro en torno al claustro", organizado por la Fundación DeClausura.
Ignacio Sánchez Zárate propuso siete pasos para que podamos disfrutar y entender con facilidad la visita a un monasterio. Si sigues estos pasos, tu visita a un monasterio se hará inolvidable.
1El lugar
Ante todo, es necesario preparar el viaje al monasterio. Ubicar el cenobio en el mapa para observar dónde se enclava. Suelen estar rodeados de tierras de calidad para su cultivo y en parajes retirados de la ciudad, en entornos naturales seguramente cercanos a un río o a un lago para disponer fácilmente de agua. Ayuda también analizar su nombre, pues nos dará pistas de las características de su emplazamiento.
2El pensamiento de la época
Si visitas un monasterio histórico, la visita cambia radicalmente si intentamos desconectar de nuestra realidad para empatizar con el pensamiento de quienes construyeron aquel monasterio: personas movidas por grandes ideales espirituales que vivían en una realidad rural dura y que contaban con el conocimiento de los maestros de obra para poder erigir estos fabulosos edificios.
3El conjunto monástico
“Un monasterio es la superposición de diversas realidades complementarias”: la liturgia y el hombre. La arquitectura se encarga de unirlas para dar una clara respuesta a su función litúrgica y albergar la vida de la comunidad monástica.
4Las habitaciones
La iglesia, con su símbolo trazado en cruz, y el claustro, como el corazón desde el que parten sus ejes principales, marcan el plano del monasterio. En la sala capitular, se reúne la comunidad al final de la jornada. En el refectorio se come en silencio y, en el dormitorio, el monje busca el reparador descanso.
5La luz
Es el principal elemento de la arquitectura, pues es la encargada de cualificar los espacios construidos y darles la fuerza, la emoción y el misticismo propio de estas construcciones religiosas.
6La materia
Fijarse en el componente en el que está construido el monasterio: la piedra. Tocarla para palmar su temperatura y rugosidad, sus marcas, su ductibilidad o sus imperfecciones y cicatrices…
7El paso del tiempo
Ignacio Sánchez Zárate anima a buscar las huellas de estos edificios para valorar el paso del tiempo en ellos: seiscientos, setecientos, ochocientos años… Algunos, desamortizados, hoy se encuentran en manos privadas. En esos casos, en ocasiones un capitel o una columna pueden ser la pista para saber que estamos en un lugar que en su día sirvió para orar y alabar a Dios.
En este vídeo puedes revivir el VIII encuentro en torno al claustro, organizado por la Fundación DeClausura.
Aleteia, red global católica de información, en virtud de su misión fundacional, contribuye, en colaboración con la Fundación DeClausura, a comunicar la vida, espiritualidad y productos de los monasterios contemplativos.