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Lo sucedido recientemente en Quito fue realmente estremecedor. Un potente aluvión arrasó con varias zonas de la capital y ha dejado más de 20 personas fallecidas, además de otras tantas desaparecidas y damnificadas.
Sin embargo, en medio de las horas de confusión, dolor, evaluación de daños y rescates, una historia se transformó en sinónimo de vida y esperanza. Se trata de Dennis, un niño de 10 años que fue rescatado por un grupo de vecinos (verdaderos “ángeles” para este menor) entre la fuerza del lodo y el agua el pasado 31 de enero.
Según recuerdan medios locales como el portal Que noticias, el niño había sido desplazado por la corriente a través de varias calles de la zona conocida como La Gasca tras el impacto del aluvión en su hogar. Esto provocó que perdiera de vista a su familia (en el lugar estaba también con dos hermanos) y hasta fuera golpeado por los escombros.
Dennis finalmente se salvó gracias a la acción de los vecinos y hasta fue llevado de manera provisoria a una casa. Pero en la mañana del 1 de febrero un grupo de voluntarios de la Cruz Roja que recorría la zona del desastre dio con Dennis, algo que posteriormente derivó en el reencuentro con su familia.
#DennisNosBrindaEsperanza, fue el hashtag utilizado por Cruz Roja Pichincha, que también realizó el siguiente comentario a través de las redes sociales:
El acompañamiento de la Iglesia en medio del dolor
Más allá de la historia de Dennis, las horas que ha vivido Ecuador no han sido para nada fáciles. El propio Consejo de Presidencia de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana emitió un mensaje el pasado 2 de febrero en el que se hace referencia al servicio que se empezó a brindar a las poblaciones y comunidades afectadas en sitios como Coca, Sucumbíos, Tena, Latacunga, Quito, entre otros.
“Los servicios de Cáritas a nivel nacional, diocesano y parroquial no han dado tregua a estos siniestros”, se recuerda, al tiempo de agradecer la labor de las personas que salieron a auxiliar a las víctimas.
“La fuerza de nuestro pueblo es admirable, so solidaridad es ejemplar. ¡Qué nadie sea indiferente al dolor de los demás! El papa Francisco nos recuerda que ‘no es una opción posible vivir indiferentes ante el dolor, no podemos dejar que nadie quede a un costado de la vida’. Esto nos debe indignar, hasta hacernos bajar de nuestra serenidad para alterarnos por el sufrimiento humano. Eso es dignidad”, indica el mensaje.
Otra colecta por los afectados
Desde la Arquidiócesis de Quito también se ha hecho efectivo el momento de ayudar a los que más lo necesitan. Según una nota difundida a través de su web, firmada por José Colmenárez, el arzobispo José Espinoza Mateus se ha puesto a seguir de cerca la situación y liderar la campaña de solidaridad en favor de los afectados por el aluvión.
En la fase inicial lo que se está haciendo es colaborar con ropa, medicinas, alimentos. Pero también está previsto continuar con asistencia psicológica y médica a los heridos. Lo mismo que la creación de un comedor para atender a los afectados.
Imágenes del apoyo:
En ese sentido, este 6 de febrero se realizará una “segunda colecta” en las parroquias de Quito para seguir apoyando.
Así pues, el abrazo que recibió Dennis, símbolo de esperanza en medio de la tragedia, de alguna manera se sigue replicando de manera anónima con otros “ángeles”, esos que siguen golpeando a la indiferencia a pesar del cansancio.