El Papa emérito Benedicto XVI aparece recientemente en una foto junto a un huésped que le visitó el 31 de enero de 2022 en los Jardines Vaticanos. La calma en medio de la tormenta mediática provocada por el Informe Munich sobre abusos sexuales en la Iglesia alemana.
El Papa emérito, 94 años, había pedido disculpas públicamente admitiendo que sí estuvo en una reunión sobre un cura pedófilo cuando era arzobispo de Múnich (1977-1982). Por error, había negado en un informe de unas 80 páginas su participación en la reunión; una afirmación que rectificó posteriormente.
Los titulares de varios medios internacionales clamaban: El Papa Benedicto XVI reconoce que asistió a una reunión sobre un sacerdote acusado de abusos (France 24); Papa Benedicto XVI admite falso testimonio en informe de abuso (DW); Un informe acusa a Benedicto XVI de inacción en 4 casos de abusos sexual cuando era arzobispo de Múnich (BBC).
La declaración del arzobispo Gänswein en nombre de Benedicto XVI: "Como entonces arzobispo de Múnich, asistió a la reunión de enero de 1980. Lamenta mucho este error y pide disculpas por él".
El error y rectificación de Benedicto XVI se interpretaron como una aceptación tácita de que el papa emérito, en su época como arzobispo de Munich, había contribuido a amparar a este sacerdote abusador.
Al rectificar la declaración, el Papa emérito hizo hincapié en que "esto no sucedió por mala fe, sino como resultado de un descuido en la edición de su testimonio", según indica Gänswein en su comunicado.
Sin embargo, hay que dar un paso atrás, incluso antes del informe para verificar un hecho. En la biografía autorizada del Papa Benedicto XVI escrita por Peter Seewald queda constancia de la participación de Ratzinger en la reunión y cuál fue su posición.
"En realidad, el caso había tenido presencia en los medios de comunicación ya en 1986, cuando el sacerdote en cuestión fue condenado - abusos contra menores - a una pena que le permitió permanecer en libertad condicional". Escribe el biógrafo de Benedicto XVI.
"Para entonces, - prosigue - hacía ya tiempo que Ratzinger era prefecto en Roma. Como Obispo, en 1980 se había limitado a aprobar en una reunión del consejo presbiteral que dicho sacerdote pudiera acudir a Múnich para someterse a psicoterapia. Sin embargo, el vicario general Gerhard Gruber, desviándose de la decisión adoptada en el consejo, permitió al clérigo volver a ejercer el ministerio en una parroquia". (Pg. 938).
El valor de esta declaración es que consta por escrito desde la elaboración y publicación del libro (en español, en octubre de 2020); es decir, bastante antes del Informe Munich. Con lo cual, es evidente que Benedicto XVI no ocultó su participación en esa reunión, ni lo que en ella se decidió.