En Francia, a día de hoy, tan solo el 2 % de los niños entre 5 y 9 años y el 6 % de los niños entre 10 y 11 han recibido la primera dosis de la vacuna contra la Covid-19, según cifras de la agencia francesa de sanidad pública Santé Publique France.
Aunque el Comité Consultivo Nacional de Ética (CCNE), la Alta Autoridad de Salud (HAS) y el Consejo para la Orientación de la Estrategia de Vacunación (COSV) emitieron los tres a finales de diciembre dictámenes favorables a la apertura de la campaña de vacunación para niños de 5 a 11 años, los padres no parecen estar apenas convencidos.
Un sondeo realizado por BFMTV y l’Express en Francia y publicado el 16 de diciembre revelaba que siete de cada diez padres no tenían intención de hacer vacunar a sus hijos. La mayoría aludía a dudas sobre los posibles efectos secundarios a largo plazo y sobre los beneficios reales de la vacunación.
Aleteia ha identificado al menos cinco motivos que hacen dudar a los padres y se ha esforzado en reunir elementos fácticos y datos disponibles en la actualidad para aportar algo de luz sobre el tema.
1¿casos de pericarditis y miocarditis?
Entre los temidos efectos secundarios están la pericarditis (inflamación de la membrana que rodea el corazón) y la miocarditis (inflamación del músculo cardiaco). En efecto, desde julio de 2021, las miocarditis y las pericarditis se han considerado como efectos indeseables de las vacunas de Pfizer y Moderna (vacunas de ARNm).
Sin embargo, según un estudio de farmacoepidemiología realizado en sujetos de entre 12 y 50 años por la asociación de interés científico Epi-Phare, constituida por la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento y de Productos Sanitarios de Francia (ANSM) y la Caja Nacional de Seguro de Enfermedad (CNAM), la evolución clínica de los casos documentados sería favorable: no se ha informado de ningún fallecimiento entre las personas hospitalizadas por una miocarditis o una pericarditis tras la vacunación.
Pero, ¿qué hay de los niños menores de 12 años? Porque es la vacuna de Pfizer la que se inyecta a los niños, administrada en una forma pediátrica tres veces menor que la forma adulta. Los datos estadounidenses permiten tener cierta perspectiva sobre una muestra amplia. En efecto, Estados Unidos abrió la vacunación de los niños de 5 a 11 años el 2 de noviembre de 2021.
El programa nacional de farmacovigilancia en EE.UU, el VAERS (Vaccine Adverse Event Reporting System), reveló el 13 de diciembre que de las 7 millones de dosis administradas a niños estadounidenses, se produjeron 2 fallecimientos en niños que presentaban graves antecedentes médicos. Se informó de 14 casos de miocarditis, de los cuales 8 han sido confirmados. Para los 5 casos de los que había información disponible, las miocarditis tuvieron una evolución favorable y los niños sanaron, según las fuentes. De modo que los casos probados, aunque siguen siendo raros, se resuelven favorablemente hasta ahora.
2¿uN IMPACTo sobre la fertilidad?
¿La vacuna tiene consecuencias sobre la fertilidad? Esto es lo que temen algunos padres, sobre todo desde que una petición elaborada en diciembre de 2020 por dos médicos, Michael Yeadon y Wolfgang Wodarg, y dirigida a la Agencia Europea del Medicamento (EMA) sostuviera que las vacunas contra la Covid impedían la formación de la placenta e imposibilitaban el embarazo. Según Wodarg y Yeadon, la fórmula de la vacuna de Pfizer se enfrenta a la Covid atacando, a través de la estimulación de anticuerpos, la proteína S, una de las proteínas del virus. Unos anticuerpos que podrían entonces actuar contra la sincitina-1, similar a la proteína S del Sars-CoV-2 e implicada en el desarrollo de la placenta en los mamíferos.
Estas afirmaciones fueron desmontadas por otros científicos. “La inquietud sobre la posibilidad de que los anticuerpos dirigidos a esas proteínas S pudieran atacar a la proteína sincitina-1 de la placenta porque la proteína de punta del nuevo coronavirus comparte con ella una secuencia muy corta de aminoácidos es muy frágil”, afirmó Dansantila Golemi-Kotra, profesora asociada de microbiología de la Universidad de York en Canadá.
“No existe en la actualidad ninguna prueba ni teoría científica válida que sugiera que la vacuna contra la Covid-19 presentara un riesgo para la fertilidad”, insiste por su lado el Inserm (el Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia), apoyándose en estudios “poco numerosos pero del todo tranquilizadores”.
Sin embargo, un razonamiento similar permite también concluir que no existe aún una prueba “válida” de que la vacuna no representa ningún riesgo para la fertilidad. Aunque los primeros estudios sobre el tema presenten algunos indicios, aún no están en disposición de presentar pruebas irrefutables.
3¿Problemas hormonales en las mujeres?
Problemas ginecológicos observados en algunas mujeres tras la inyección de la vacuna pueden hacer temer un impacto sobre el sistema hormonal. Desde el inicio de la campaña de vacunación en Francia, se han informado de 4.500 casos de trastornos menstruales en mujeres vacunadas con vacunas de ARNm.
Los efectos señalados consisten en sangrados anormales (metrorragias, menorragias, etc.) o, por el contrario, en amenorreas y retrasos en la regla. En el informe de farmacovigilancia n.º 19 relativo a la vacuna Comirnaty de Pfizer, publicado en diciembre de 2021, se pone de manifiesto una gran representación de adolescentes entre 12 y 15 años.
Sin embargo, según las conclusiones emitidas en dicho informe, las perturbaciones del ciclo son “en su mayoría, no graves, de corta duración y se resuelven de forma espontánea”.
Los centros regionales de farmacovigilancia concluyen que “los datos disponibles no permiten determinar un vínculo directo entre la vacuna y la aparición de estos problemas en el ciclo menstrual”. En otras palabras, no saben si estos sucesos están ligados a la vacuna o “a la situación inédita fuente de ansiedad y de estrés” que trastornaría el ciclo femenino.
4vacunas aún en fase de experimentación
La falta de perspectiva sobre las vacunas y la rapidez de su desarrollo no tranquilizan a los padres. Al estar ya en el mercado mientras la fase 3 de los ensayos clínicos sigue aún en curso, están lejos de convencer a los padres dudosos.
En efecto, las etapas de evaluación deberían proseguir hasta otoño de 2022 para Pfizer y hasta primavera de 2023 para Moderna. La normativa autoriza efectivamente la comercialización de un medicamento en cuanto cumple con las condiciones necesarias y suficientes en términos de equilibrio beneficio-riesgo, y eso desde la fase 2.
Como elemento reconfortante, las vacunas contra la Covid fueron probadas en 80.000 personas antes de ser comercializadas. Por último, la comunidad científica subraya que la rapidez de la puesta en marcha de las vacunas contra la Covid se explica por el hecho de que la técnica del ARN mensajero, descubierta en 1961 por investigadores del Instituto Pasteur, ya llevaba una década en desarrollo.
5UN Beneficio aún por demostrar
En lo relativo a la vacunación de los niños, el equilibrio beneficio-riesgo parece menos evidente que para la vacunación de los adultos. En efecto, los niños se ven menos afectados que los adultos por las formas graves de Covid-19, como lo demuestra un estudio inglés.
No obstante, el principal argumento de los médicos a favor de la vacunación de los niños sigue siendo su protección contra las formas graves de la Covid-19. ¿Cuáles son las cifras exactas sobre la vulnerabilidad de los niños? En su declaración del 6 de diciembre de 2021, el Consejo de Orientación de la Estrategia de Vacunación (COSV) indicó que, en dos meses y medio, del 30 de agosto al 14 de noviembre de 2021, 934 niños menores de 18 años fueron hospitalizados en Francia por Covid, de los cuales 110 estuvieron en cuidados críticos y 98 ingresados en unidades de reanimación.
La mayoría no tenía factores de riesgo. El estudio francés PANDOR mostró que el 79 % de los niños había sufrido una forma grave que no presentaba comorbilidad conocida. Desde el inicio de la pandemia, tres fallecimientos se han atribuido directamente a la Covid en esta franja de edad en Francia. Algunos concluirán que el riesgo sigue siendo infinitesimal en comparación con los aspectos aún desconocidos de la vacuna. Mientras, otros valorarán que es un riesgo que no vale la pena asumir.