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A como dé lugar, tengamos contento a Dios

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Claudio de Castro - publicado el 13/01/22
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Hay una pregunta que puedes hacerte en tu vida cotidiana y puede marcar la diferencia

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Hay un pensamiento de san Claudio de la Colombiere que siempre me ha impresionado por su sencillez y profundidad: "A cualquier precio que sea, es necesario que Dios esté contento".

Me hace reflexionar sobre mis muchos pecados y cómo con ellos entristezco a un Dios tan bueno y generoso.

Deja que Dios entre en ti

Abre tu alma a Dios, deja que actúe en ti. Y tu vida en ese momento será diferente. Tendrás tal vez las mismas dificultades y problemas, pero mayor fortaleza y voluntad para enfrentarlos con serenidad y amor.

Aseguraba san Juan Crisóstomo:

Cuando el amor de Dios obtiene la voluntad del alma produce en ella un insaciable deseo de trabajar por el amado.

Deja que Dios te toque el alma . No tienes idea lo maravilloso que será. He visto cientos de personas cambiar de un día para otro y dedicar sus vidas a Dios.

Una pregunta que ayuda

Este año pienso hacer las cosas diferentes, especiales, con Dios en medio, de mi trabajo, mi familia y en todas mis actividades.

Pensaré a menudo: “¿Esto agrada a Dios?”

Antes de actuar dedicaré un rato a la oración y pensaré en lo que agrada a Dios. Sobre todo, lo tendré en cuenta, en medio de las fuertes tentaciones contra la pureza, el amor y la misericordia.

Al pobre no le daré la espalda y si no tengo nada monetario, o un pedazo de pan, entonces compartiré la palabra de Dios y una voz de esperanza.

El salmo 41 te enseña cómo Dios bendice tus obras de misericordia con los menos afortunados.

A los que he ofendido, pediré perdón. Y a los que me han hecho daño, los perdonaré una y otra vez. No guardaré rencores en mi corazón.

Sé que el odio me lastima más a mí que a la persona odiada, que tal vez ni lo sabe.

La verdadera perfección consiste en esto: hacer siempre la santísima voluntad de Dios

No es la única. Muchos santos de nuestra Iglesia también lo descubrieron. Hacer lo voluntad de Dios era la delicia de sus vidas, por más que costara o tuviera consecuencias, aun a costa de sus vidas.

Sé, amable lector, que no es nada fácil. Dios pide perfección, pureza, misericordia, perdonar a todos. Y vaya que cuesta. Pero no es imposible.

Cuando te falten fuerzas, reza y confía

Estoy consciente que con mis fuerzas jamás podré. Pero con la fe, la oración fervorosa y con su ayuda nada me sería imposible.

Los grandes santos como san José son la prueba de ello. Lograron sobresalir y elevar su almas al cielo, de formas impresionantes.

Cuando te falten fueras, reza y confía, amable lector. Mi experiencia es una sola: “Dios siempre escucha nuestra oraciones, tú persevera en ellas”.

Tú haz su voluntad, que es perfecta. Agrada siempre a Dios, nuestro Padre.

Compártenos tu experiencia con Dios.¿Te animas? Te anoto mi email personal. cv2decastro@hotmail.com

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