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Nunca olvides el significado de la Navidad

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Claudio de Castro - publicado el 15/12/21
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No hay nada más inclusivo que la celebración del nacimiento del Niño que vino a salvar a todos

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Seguro has notado que en algunos lugares se busca desvirtuar la Navidad, disminuirla, quitarle su significado, hacer que olvidemos el verdadero origen, reinventarla con un: “Felices Fiestas”.

Como católico, he leído consternado en los noticieros, que la Unión Europea ha querido eliminar la Navidad de un plumazo, como si se pudiera.

“Es más inclusivo y no discriminatorio decir Felices Festas”. ¡Total ingenuidad! No les hagas caso.

El origen de la alegría

Si leyeran las Sagradas Escrituras sabrían “quién” llega, el amor y la alegría que a todos les da.

Es que no conocen lo que es la Navidad, o se avergüenzan de ser católicos y vivir su fe a plenitud.  

Nada hay más inclusivo que la Navidad, pues Jesús vino a salvarnos a todos, como hijos de Dios, amados desde la eternidad.

En Aleteia te hacemos algunas recomendaciones para esta Navidad:

¡Ha nacido el Salvador!

Si tan solo viviéramos en la dulce  presencia de Dios, recordando que tenemos un alma inmortal y estamos de paso en este mundo, que nos espera un cielo prometido. ¡Si tan solo supieran!

Dices “Felices Fiestas” cuando olvidas el sentido y significado de la Navidad.

Celebramos un momento histórico, extraordinario. Ha nacido nuestro Salvador, restaurando nuestras vidas y renovando las esperanzas de un cielo prometido.

La Navidad se trata de recordar y celebrar el Nacimiento de Jesús, un regalo de amor que nos hizo Dios.

Agradecer y compartir

Agradecidos, nos toca compartir la buena noticia y contar a todos emocionados, como corearon los ángeles aquella noche extraordinaria: “Nos ha nacido un Salvador, el Mesías, Hijo de Dios”.

Anímate a decir: “¡Feliz Navidad!”.

Experimenta la alegría de ser católico. A todo el que veas dile emocionado “¡FELIZ NAVIDAD!”.

Me encanta hacerlo y veo cómo se iluminan sus rostros y cambian y te devuelven aquel “¡Feliz Navidad hermano!".

Amable lector de Aleteia, sal emocionado a la calle y grita a todo pulmón: “¡Feliz Navidad para todos!”. Te tildarán de loco (a).

Sí, estamos locos de amor por el pequeño niño, el hijo de Dios que ha de nacer en nuestros corazones.

¡Feliz Navidad para ti!

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