La Iglesia Latinoamericana y del Caribe concluyó el sábado 28 de noviembre en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (Lago de Guadalupe, en el Estado de México), su primera Asamblea Eclesial en el camino de lograr la sinodalidad en el continente que agrupa a poco menos de la mitad de los católicos del mundo.
Dos fechas emblemáticas estuvieron presentes en el encuentro, auspiciado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y por la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL), así como por el Papa Francisco, quien ha seguido desde Roma los trabajos y los días de obispos, sacerdotes y laicos de todos los rincones del Continente: 2031 y 2033.
La primera de las fechas tiene que ver con el quinto centenario del Acontecimiento Guadalupano y la segunda con los dos mil años de la Redención. Todo ello recuperando el decisivo mandato de la Quinta Conferencia del CELAM, celebrada en Aparecida (Brasil) en mayo de 2007, sobre la conversión pastoral para constituir una Iglesia de discípulos y misioneros a través de la cual los pueblos latinoamericanos y caribeños tengan vida en abundancia.
La esencia de la Iglesia
En el espíritu del reciente Sínodo de la Sinodalidad, celebrado en Roma en octubre de 2021, los participantes de la Asamblea, con “gratitud y alegría” afirmaron que el camino para vivir la conversión pastoral discernida en Aparecida es, justamente, “el camino de la sinodalidad”, puesto que “la Iglesia es sinodal en sí misma, la sinodalidad pertenece a su esencia”.
Tal como lo afirmó en su participación el cardenal Marc Ouellet (presidente de la PCAL), la sinodalidad, expresa el documento final de la Asamblea, “no es una moda pasajera o un lema vacío”. Con ella “estamos aprendiendo a caminar juntos como Iglesia Pueblo de Dios involucrando a todos sin exclusión, en la tarea de comunicar a todos la alegría del Evangelio, como discípulos misioneros en salida".
Para simbolizar la tarea de “caminar juntos como Iglesia Pueblo de Dios, involucrando a todos sin exclusión”, los presentes en la sede de la Asamblea sostuvieron con sus brazos una red de colores: significado profundo de la sinodalidad que debe privar en la Iglesia de América Latina y el Caribe en los desafíos pastorales hacia 2031-2033.
Los doce desafíos de la Iglesia en la región
La Asamblea ha definido 12 desafíos pastorales que deben trabajar las iglesias del Caribe y Latinoamérica, según los participantes en este encuentro, siguiendo los lineamientos del Papa Francisco y de todo su magisterio:
1. Reconocer y valorar el protagonismo de los jóvenes en la comunidad eclesial y en la sociedad como agentes de transformación.
2. Acompañar a las víctimas de las injusticias sociales y eclesiales con procesos de reconocimiento y reparación.
3. Impulsar la participación activa de las mujeres en los ministerios, las instancias de gobierno, de discernimiento y decisión eclesial.
4. Promover y defender la dignidad de la vida y de la persona humana desde su concepción hasta la muerte natural.
5. Incrementar la formación en la sinodalidad para erradicar el clericalismo.
6. Promover la participación de los laicos en espacios de transformación cultural, político, social y eclesial.
7. Escuchar el clamor de los pobres, excluidos y descartados.
8. Reformar los itinerarios formativos de los seminarios incluyendo temáticas como ecología integral, pueblos originarios, inculturación e interculturalidad y pensamiento social de la Iglesia.
9. Renovar, a la luz de la Palabra de Dios y el Vaticano II, nuestro concepto y experiencia de Iglesia Pueblo de Dios, en comunión con la riqueza de su ministerialidad, que evite el clericalismo y favorezca la conversión pastoral.
*10. Reafirmar y dar prioridad a una ecología integral en nuestras comunidades, a partir de los cuatro sueños de la *Querida Amazonía.
11. Propiciar el encuentro personal con Jesucristo encarnado en la realidad del continente.
12. Acompañar a los pueblos originarios y afrodescendientes en la defensa de la vida, la tierra y las culturas.
Ultimo anuncio
La Asamblea anunció que a partir de febrero de 2022 se realizarán Asambleas Eclesiales por países –conectadas con el proceso sinodal que ha iniciado en octubre de este año– y además los obispos del CELAM celebrarán en mayo de 2022 una Asamblea extraordinaria de obispos para incorporar a su renovación estos desafíos.