Bolivia se ha visto conmocionada en los últimos casos por el doloroso caso de una niña de 11 años que quedó embarazada luego de ser violada por su abuelastro, de 61 años, en la región oriental de Santa Cruz, en Yapacaní.
Según informaron medios locales, la situación se dio debido a que la niña vivía temporalmente –debido al trabajo de su madre y padrastro en La Paz- desde el mes de febrero con su agresor. El hombre, actualmente encarcelado, abusaba de ella en reiteradas ocasiones. Fue un familiar de la niña quien luego de un relato tomó conocimiento de lo acontecido y decidió denunciar ante las autoridades.
Debate sobre el aborto
El trágico caso de esta menor, además del rechazo por lo acontecido, reabrió el debate sobre el aborto en Bolivia. Esto debido a que una primera instancia, tal cual indica El Deber, la niña habría sido referida a la Maternidad Percy Boland para la interrupción del embarazo. Medida en base a la sentencia constitucional de 2014 que hace referencia a que una víctima de violación puede abortar sin necesidad de orden judicial en Bolivia. La situación llevó incluso a que se le suministrara una primera dosis de un medicamento para interrumpir la gestación, añaden agencias como EFE (difundido en medios como Perú 21).
No obstante, con el correr de las horas, la voluntad finalmente fue la de desistir al aborto, aspecto que derivó en que de momento el procedimiento haya quedado paralizado.
Repudio, cercanía y solidaridad
En las últimas horas, desde el Arzobispado de Santa Cruz se emitió un comunicado en el que se hace referencia a este caso doloroso y en el que en una primera instancia se expresa el más “firme repudio por la brutal violación” de la niña. Al mismo tiempo se manifiesta “dolor, cercanía y solidaridad a la niña, a su madre personas que la aman”.
“La violación, además de lesionar profundamente el derecho de cada persona a su dignidad, libertad e integridad física y moral, atenta contra la justicia y la caridad; cuanto más si, como en este caso, se trata de una niña inocente. Instamos a las autoridades correspondientes para que no quede impune tan grave y detestable delito”, señala un pasaje del comunicado.
La vida sagrada de dos personas inocentes
Con respecto al debate suscitado a raíz del aborto, se indica:
“La situación es muy compleja y dramática, ya que está en juego la vida sagrada de dos personas inocentes e indefensas: la de la niña mamá y la de la criatura en su seno materno. Ambas son vidas humanas independientes y la persona humana dentro del vientre materno no es el culpable del abuso a su madre. Un crimen no se soluciona con otro crimen, el aborto no remedia la violación, ni da tranquilidad a las conciencias, por el contrario, deja heridas psicológicas más graves y para largo tiempo”.
Finalmente, desde la Iglesia se recuerda que la niña y la madre han decidido continuar con el embarazo, por lo cual pide que la decisión sea respetada.
“Tenemos conocimiento que la niña y su madre han manifestado que quieren que la criaturita en gestación viva y no se realice el aborto, por eso su voluntad debe ser obligatoriamente respetada”, añade.
“La única solución es salvar, cuidar y apoyar con amor de las dos vidas. En tal sentido, la Iglesia ofrece acogida y atención a la niña y a la criaturita que tiene en su vientre, dando hospitalidad gratuita en el Centro de Madres Adolescentes, Madre María, asegurando el apoyo material, médico, psicológico y espiritual para la maternidad y el tiempo post-maternidad”, se concluye.