De trabajo, familiar, de amigos,... las reuniones son una oportunidad pero también pueden aparecer en tu agenda como un mal trago o una amenaza.
¿Tienes una reunión importante próximamente? Tanto si esperas grandes cosas de ella como si te preocupa, lo mejor que puedes hacer es pedirle ayuda a Dios para que vaya lo mejor posible. Para ello es esta oración:
y quería pedirte, Señor Jesús, que me ayudes.
Que pueda afrontarla con serenidad,
con libertad... yo he puesto mi confianza en Ti.
Que pueda realizar una valiosa contribución
en ese rato que compartamos.
a todos lo que vamos a participar en la reunión.
Que sepamos escucharnos, comprendernos, dialogar,
colaborar para un mayor enriquecimiento
y que la reunión logre lo que buscamos,
lo que necesitamos, lo que Tú quieres para nosotros.
para que sea tu amor quien guíe nuestros pasos.
Que podamos poner nuestras capacidades a tu servicio.
Ven, Espíritu Santo, con tus dones:
danos sabiduría, entendimiento, consejo,
ciencia, piedad, fortaleza y temor de Dios.
suaviza los roces que puedan existir entre nosotros.
Sabiéndonos mirados y protegidos por ti, Madre,
todo cambia...
Gracias por los hermanos con los que compartir,
ayúdalos, bendícelos.
En tus manos pongo la reunión.
Amén
En realidad cualquier acontecimiento o detalle de tu vida es una oportunidad para compartir con Dios y pedirle su ayuda.
Un examen, una intervención quirúrgica, una nueva jornada de trabajo, conocer a una persona, una mala noticia, una sorpresa inesperada,... Siempre mucho mejor, si lo vives con Dios.