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Hay dos fechas en el calendario en que la Iglesia nos invita a elevar los ojos al cielo y prestar nuestra veneración y gratitud a criaturas que no son como nosotros, que son criaturas puramente espirituales, y que sin embargo nos rodean, asisten y se encuentran en medio de nosotros.
Estas criaturas son los santos ángeles, y las fechas son el 29 de septiembre, día en el que celebramos a los santos arcángeles, y el 2 de octubre, en el que celebramos al ángel de la guarda.
Y es que los ángeles “están de moda”, han cobrado una actualidad cada vez mayor.
Hay varios grupos que se están preparando para la consagración al Príncipe de la Milicia Celestial.
Se han publicado, en los últimos 20 o 30 años, más libros acerca de los ángeles que en todo el siglo pasado.
Con la pandemia se ha retomado en varios lugares la oración a san Miguel Arcángel después de la santa misa.
También se ha despertado una gran expectativa en los anuncios hechos por parte de multi millonarios como Jeff Bezos o Richard Brenson de abrir las puertas para el turismo espacial.
Se habla de los extraterrestres, el Senado de Estados Unidos pidió hace poco un informe al Pentágono sobre este tema.
Todo ello sólo demuestra un interés, un deseo que hay en el hombre de entrar en contacto, de relacionarse con criaturas que no son de este mundo, y que no son iguales a nosotros.
Hay una sed de ángeles.
El obispo americano Fulton Sheen decía que los superhéroes son un vacío dejado por los ángeles en la sociedad moderna, y el filósofo Peter Kreeft señala que sí hay extraterrestres, y estos son los ángeles.
Resultaría una pena que ese deseo se vea obstaculizado o deformado por imágenes falsas acerca de lo que son los ángeles y de la ayuda y asistencia que nos pueden dar.
Comencemos por decir que esas cartas de los ángeles y colores de los ángeles y nombres de los ángeles diferentes a san Miguel, san Gabriel y san Rafael son precisamente prácticas de la nueva era que distorsionan este deseo de unirnos y entrar en amistad con estas criaturas espirituales.
Estas criaturas están a nuestro alrededor y llenan nuestro mundo invisible trayendo un mensaje de Dios.
Son los ángeles que contempló Jacob en aquel lugar que parecía como cualquier otro, y que al recostarse vio en sueños en aquel mundo invisible:
Igual les ocurrió a los pastores en la noche en que nacía el Hijo de Dios: era una noche como cualquiera, y de repente se manifiesta ese otro mundo invisible que se encuentra aquí en nuestro mundo: oyen a los ángeles cantar y anunciar que les había nacido el Salvador.
Así que este día del 29 de septiembre y la 2 de octubre se nos invita a poner nuestra mirada en las cosas que no se ven y que se encuentran en medio de nosotros, nos rodean y se manifiestan cuando Dios así lo permite.
Pero, exactamente ¿qué se nos invita a contemplar de este mundo invisible?, y ¿cómo podemos contemplarlo?
1Manifiestan la grandeza de Dios Creador
Hay un poder invisible que se manifiesta y está atrás de las cosas visibles, a las que les da belleza, gracia y perfección.
Este poder invisible son los ángeles, las primeras criaturas de Dios, que son sus administradores de la creación.
Por ello leemos en el libro del Apocalipsis que existen los ángeles de los vientos (Ap. 7,1); el ángel del fuego (Dn. 3, 24,25.28); el ángel del agua (Jn. 5, 4)
En estos tiempos, en los que el tema de la ecología y del cuidado de la creación vuelven a tomar importancia; en los que, comenzando por el mismo papa Francisco, se nos llama a no creernos dueños y señores de la creación, los ángeles nos enseñan que hay servidores de Dios que mantienen y cuidan esta creación.
El cardenal John Henry Newman escribe:
2Revelan la dignidad del hombre
Espíritus puros, las primeras de las criaturas de Dios, sin pecado alguno… y sin embargo, al servicio del hombre: todos ellos han sido enviados al servicio de los hombres (Hb. 1,14).
Dios mismo te ha enviado a ti un buen ángel de la guarda teniendo en cuenta tu temperamento, tus dificultades en la vida y tu vocación.
Tu ángel de la guarda es tu mejor amigo y aliado y nunca te deja, por esta razón nunca estás solo.
Si los ángeles dan belleza, custodian la creación material, ¿cuánto más no cuidaran y anunciarán la belleza del hombre creado a imagen y semejanza de Dios?.
En este sentido, los ángeles son los defensores y mensajeros de lo que se conoce como la teología del cuerpo: estos seres espirituales manifiestan y cuidan la belleza del cuerpo humano, hombre y mujer creados.
San Gabriel Arcángel es el mensajero a una mujer que va a dar a luz al Hijo de Dios, cuyo vientre es bendito pues es el lugar donde se da a luz al Salvador.
Hoy con la dictadura LGTB que se quiere imponer y desde la más tierna edad, los ángeles son los defensores y custodios de ese cuerpo que es Templo del Espíritu Santo.
San Miguel en este sentido tiene un papel predominante, pues él defiende los derechos de Dios. Y el cuerpo, como morada de Dios, le pertenece a Dios.
Hoy, cuando algunos hablan del trashumanismo y de que el cuerpo humano es un conjunto de bacterias y enfermedades, los ángeles manifiestan que el cuerpo humano es creado por Dios, que manifiesta de manera visible lo invisible de Dios y está llamado a la unión con Dios.
Recordemos a san Rafael Arcángel que no permite que el cuerpo de Tobías sufra daño alguno cuando es atacado por un pescado; o cuando expulsa al demonio Asmodeo que ha matado antes 7 comprometidos a Sara, y quiere impedir que Tobías y Sara se unan corporalmente y sean una sola carne.
Los ángeles están comprometidos con la causa del hombre: nada de lo que le afecte al hombre les es indiferente.
Defienden toda vida desde su concepción, protegen contra los enemigos externos (el mundo, el demonio), y contra enemigos internos (nosotros mismos con nuestros miedos y complejos y heridas).
Ellos nos contemplan desde Dios (Mt. 18,10), y a la luz de Dios, buscan que lleguemos a ser aquello para lo cual Dios nos ha llamado, buscan que esa vida de Dios se desarrolle en ti.
En todos tus caminos se encuentran los ángeles que te protegen y asisten, te iluminan y con los cuales nos uniremos en nuestras alabanzas a ese Dios bueno que nos ha proporcionado a estos amigos espirituales y hermanos mayores.
En este sentido, la compañía de los ángeles hace crecer nuestra esperanza: nos uniéremos con ellos a glorificar a Dios y contemplaremos cara a cara a Dios junto con ellos, y nos asociaremos a ellos en las alabanzas que tributan a Dios.
3Defienden al pueblo de Dios
Una de las funciones de san Miguel arcángel es ser defensor del pueblo de Dios.
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que hay un seductor mentiroso que busca inducir al hombre a la desobediencia a Dios (n. 394)
Basta ver esta dictadura del relativismo que cada vez más se impone y darnos cuenta del peligro cada vez más latente de un totalitarismo que destruye la misma dignidad del hombre, para caer en la cuenta de la necesidad de la ayuda de san Miguel sobre el pueblo de Dios.
San Miguel orienta hacia Dios y restablece el señorío de Dios con su grito de guerra: ¿Quién cómo Dios?
En esta batalla que san Miguel y su ángeles sostienen contra la antigua serpiente, Satanás y sus ángeles, sabemos que salimos más que victoriosos: fueron derrotados y expulsados del cielo (Ap. 12,-8)
Por ello, en toda batalla en la que invoquemos a este gran Príncipe de la milicia celestial sabemos que saldremos victoriosos.
Ante tan grandes y maravillosos seres, y ante este llamado que despiertan en nosotros para buscar y contemplar las cosas de lo alto, cuidemos de que este mundo que nos rodea no caiga simplemente en un mero sentimiento o en una especie de lujo reservado sólo para algunos.
Unámonos en esta gran fiesta a estos grandes amigos nuestros, buscando, como ellos, y con ellos, hacer en todo la voluntad de Dios, amarlo y adorarlo. Y así todos juntos cantaremos ese himno de alabanza: