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Desde hace muchos años, aprendí algo que cambiaría el rumbo de mi vida: “Las Promesas de Dios se cumplen, al pie de la letra”. No hablamos de una promesa que leímos al azar, sino de todas. Hay más de 3,500 promesas para ti, según los entendidos. ¿Cómo puedo aprovecharlas en mi vida cotidiana?
Primero debes leer la Biblia para conocerlas. Me percaté lo poco que muchos católicos leemos las Sagradas escrituras. Te animo a hacerlo. Vas a descubrir que muchas de las promesas que están para ti, tienen que ver con “la oración”.
Sin duda este rato que vas a invertir escuchando a Dios en su Palabra, cambiará tu vida y te animará a rezar más.
Me di cuenta que la oración era fundamental en todas mis actividades. Y que, para llevar adelante cualquier proyecto, necesitaba dedicar antes un tiempo a la oración.
Es tan importante oración que en muchos monasterios la vida se desarrolla trabajando y orando. Fue san Benito quien reflejó la vida monástica benedictina con esta famosa alocución latina: “Ora et labora” (Reza y trabaja). Sin duda, fue un monje extraordinario. Te recomiendo leer este artículo que publicó Aleteia sobre lo que nos enseña san Benito para poner orden en nuestras vidas. Seguro que te ayudará muchísimo.
Ahora bien, estás por tomar una decisión trascendental. “¿Qué hago?”.
Busca una Biblia. Seguro tienes una en casa y si no, apresúrate, ve a una librería católica y pide una. Si empiezas a leerla descubrirás escenas extraordinarias que se convertirán en un norte para conquistar sueños y metas en tu vida. Te compartiré ésta que me impresiona mucho. Tiene que ver con Jesús. Lee con cuidado.
"Sucedió que por aquellos días se fue él al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles." (Lucas 6, 12-13)
Jesús antes de tomar la decisión que cambiaría el rumbo de la naciente iglesia, pasó la noche en oración. Fue lo primero que hizo, nos mostraba la importancia de la oración. Y al día siguiente eligió a los doce apóstoles.
¿Quieres que te vaya bien en tus proyectos?
Sabes lo que debes hacer. Dedica un buen tiempo a la oración, que no sea distraída, apurada porque tienes otros asuntos que atender. Créeme, ninguno va a ser más importante que éste. Pide a Dios que te ilumine, bendiga tu proyecto, envíe su Santo Espíritu, te guíe y te muestre sus designios.
Ahora lo sabes. Antes de tomar una decisión importante, no importa de qué tipo, reza. Y Dios te bendecirá.
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