La Parroquia de Sant’Ana Gravatá, en Brasil, no es igual a las otras. En ella es común, durante las ceremonias religiosas, ver perros cerca del altar.
Esto gracias al párroco João Paulo Araujo Gomes, un sacerdote que se ha hecho famoso por pedir a los fieles que puedan adoptar a perros abandonados y que son acogidos por él.
En efecto, no han sido pocos los reportajes que se han hecho sobre la labor de este sacerdote, quien entre otras cosas ha contado que tiene un comedor para los animales, mientras que también suele ofrecer atención para los que llegan heridos.
En cuanto al origen de todo, a pesar de que no ha trascendido una fecha exacta, medios como La Vanguardia recuerdan un famoso episodio cuando un grupo de feligreses llevaron a la parroquia gallinas para ser vendidas con un fin de caridad.
“Yo les propuse recoger a los perritos, adoptarlos y permitirles que estuvieran en la iglesia”, expresó.
El padre Araujo Gomes cuenta con varios voluntarios que lo apoyan en esta tarea. Su trabajo es posible apreciarlo a través de redes sociales como Instagram gracias a la publicación de fotos y videos.
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“El amor por los animales es motivo de crítica por parte de tantas personas, incluso de quienes dicen tener fe y en su soberbia piensan que solo entran al cielo quienes quieren entrar al cielo. No es raro que nosotros, los protectores, seamos criticados como si estuviéramos desequilibrados o que pusiéramos el amor por los animales por encima del amor de Dios y las personas”.
“Quizás pienses: la Palabra dice amar a las personas y no a los animales. ¡Qué falta de fe! Cuando amo, rescato, protejo a un animal, estoy amando, protegiendo y rescatando a la humanidad. Y Mateo 25 muestra que seremos juzgados exactamente por el amor. ¡Ama a todos, incluida la naturaleza y los animales, y no temas que las puertas del cielo se te abran!”.
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