Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Domingo de Guzmán nació en Caleruega, actual provincia de Burgos, en 1170 en el seno de una familia profundamente católica. Su padre, don Félix de Guzmán, es reconocido en la Iglesia como Venerable al igual que su hermano Antonio y su madre, Juana de Aza, es venerada como beata al igual que su hermano Manés.
En su infancia recibió una sólida formación religiosa. Profundizando luego en sus estudios teológicos, la Palabra de Dios produjo en él tan fuerte impresión que comenzó a quedarse pasmado en contacto con la Sagrada Escritura. Pero su dedicación a la Palabra no quedó en el plano de la especulación intelectual, que por cierto era mucha, sino que supo además poner en práctica lo que estudiaba y escuchaba. Estaba convencido de que había que imitar a los Apóstoles en su modo de predicar, viajando a pie y mendigando el pan de puerta en puerta, cosa que enseñó con el ejemplo.
Con el fin de remediar los males que la ignorancia religiosa producía en la sociedad, en 1215 estableció en Tolosa la primera casa de su Orden de Predicadores. Ese mismo año asistió al Concilio de Letrán donde solicitó la aprobación de su Orden, la cual fue confirmada un año después, el 22 de diciembre de 1216 por el Papa Honorio III.
En primer lugar envió a cuatro de sus frailes a España y tres a París, mientras él marchó a Roma. Algunos meses después envió también a los primeros frailes a Bolonia. Allí se celebró en 1220 el primer Capítulo General de la Orden y un año más tarde ya se habían creado ocho provincias.
Tras una breve enfermedad, falleció el 6 de agosto de 1221 en el convento de Bolonia, donde permanecen sus restos mortales. El Papa Gregorio IX lo canonizó en 1234.
A lo largo de todo este año 2021, desde el 6 de enero hasta el mismo día del año próximo, los dominicos y la Iglesia toda celebramos el aniversario de la partida de Santo Domingo a la casa del Padre. El tema de la celebración del jubileo es En la mesa con santo Domingo. Este tema se inspira en la tabla de Mascarella sobre la cual se pintó el primer retrato de santo Domingo poco después de su canonización.
En ocasión de esta celebración y en el mes en que la Iglesia conmemora a este destacado santo y predicador repasamos algunos cantos de diversa índole y distintos géneros musicales dedicados a su figura y su magisterio
En un estilo tradicional para los himnos eclesiásticos, el coro de la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe en la provincia argentina de San Luis interpreta el “Himno a Santo Domingo”
El siguiente “Himno a Santo Domingo de Guzmán” tiene el particular mérito de combinar diversos estilos a lo largo de su composición, comenzando casi como un madrigal, pasando por la balada e incluyendo a su vez ritmos latinoamericanos más vivos en el estribillo y también cierto espíritu rockero quasi-progresivo intercalado con gregoriano en el puente.
En tono de balada pop el fraile Orlando Rueda Acevedo O.P. le dedica a Santo Domingo su canción “Tu me enseñaste a amar la luz”
“Domigo Predicador”, canción dedicada a la misión del santo en ritmo latinoamericano. Compositor: fr. Orlando Rueda Acevedo, O.P
Roberto Poblete Venegas le dedica a Santo Domingo la canción “Predicador itinerante”:
En estilo pop-rock el “Domingo de Guzmán, tu voz resuena”. La autoría corresponde una vez más a fr. Orlando Rueda Acevedo, O.P, provincia San Luis Bertran de Colombia.
Por último y en un estilo más bien clásico, compartimos el himno “Domigo, hombre todo de Dios”. Se trata del himno oficial del Jubileo de Santo Domingo de Guzmán. Cuenta con la música de Claudio Misuraca y el texto de fr. Giovanni Calcara O.P. y del mismo Misuraca. Ha sido traducido al español por Maria Antonietta Valenza.