No se sabe exactamente cuántos años vivió la Virgen María después de la ascensión de su Hijo, Jesús, pero estuvo activa en la Iglesia, como se relata en los Hechos de los Apóstoles.
Los apóstoles de Jesús comenzaron a celebrar la misa poco después de su ascensión y la Virgen María probablemente asistió a ella.
Para María, adorar a Jesús en la Eucaristía habría sido un momento conmovedor, sentir la presencia real de su Hijo bajo la apariencia del pan y el vino.
San Pedro Julián Eymard escribió una serie de meditaciones sobre la Virgen María, recopiladas en el libro Mes de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, en las que imagina cómo habría sido para María ver a Jesús en la Eucaristía.
Lo que propone Eymard no se basa en ninguna evidencia, sino que simplemente reflexiona sobre cómo habría sido para María adorar la Eucaristía, como pudo haberlo hecho durante esos primeros años de la Iglesia.
Cuando nos acercamos a Jesús en la Eucaristía, cultivemos el espíritu de María dentro de nosotros y humillémonos ante nuestro Dios, pero sobre todo, ante nuestro Amado.
Aquí una oración de san Pedro Julián Eymard a la Virgen adorando a Jesús en la Eucaristía: