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El pasado domingo 4 de julio, antes de que sorprendiera la noticia de que el papa Francisco sería intervenido quirúrgicamente en el Hospital Gemelli de Roma por una estenosis diverticular de colon, hubo un gesto que pasó un tanto desapercibido.
Según informó la Iglesia de Santiago de Chile, a través de un artículo firmado por Enrique Astudillo Baez, el obispo Auxiliar de Santiago, monseñor Alberto Lorenzelli, le entregó al papa Francisco una cruz pectoral. La misma está hecha con restos de madera del templo chileno La Asunción, quemado y destruido durante el estallido social de octubre de 2019.
Imágenes de ataques a iglesias en Chile:
La cruz fue confeccionada, se añade, con vigas que fueron recogidas tanto por docentes como alumnos del Duoc UC. En este caso, el Instituto Profesional chileno creado como fundación por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Los mismos pertenecientes a las carreras de Prevención de Riesgos, Construcción y Restauración de Bienes Patrimoniales.
La imagen difundida recientemente muestra al Papa tomando y esa cruz y besándola. Fue el propio Lorenzelli quien explicó que se emocionó mucho al recibirla. Y señaló:
“Tiene un significado profundo de una Iglesia que fue quemada en un momento particular, de una herida profunda que vivió la Iglesia frente a estos hechos, pero también del pueblo de Chile, así que eso se lo hice presente al Santo Padre”.
Fue el padre Samuel Arancibia, capellán General de Duoc UC, quien detalló que “la iniciativa se llevó a cabo mientras los jóvenes comenzaron a limpiar y recoger los escombros que habían caído de la techumbre y de la cúpula”, prosigue la nota.
Se estima que fueron 60 las personas que confeccionaron la cruz, entre ellos docentes, alumnos, además de personal administrativo y hasta directores.
En tanto, mientras conmueve el origen de esta cruz y lo que representa en cuanto a su valor testimonial, este gesto cobra más relevancia luego de conocerse que al rato Francisco iba a estar sometiéndose a una intervención quirúrgica en un hospital de Roma. ¿Qué habrá pensado el Papa al ver y besar esa cruz? No lo sabemos, lo cierto que la imagen también desde ahora se ha convertido en un potente testimonio de aquello de abrazar la cruz en los momentos difíciles de la vida.